jueves, diciembre 27, 2007

The Washington Post: correo para tarados

Ciertas cosas me tranquilizan, aunque al mismo tiempo me hartan un poco. El editorial de ayer del Washington Post es una de ellas, porque mientras uno de los principales medios periodísticos de Estados Unidos continúe escribiendo principalmente para su clase media infantil, desinformada y pancista, quiere decir que siguen preocupados fundamentalmente por su frente interno y que, si bien la actual Latinoamérica es un grano en el culo para ellos, aún no han llegado al punto de eclosión para la “extirpación necesaria”. Esta es la tranquilidad.

El hartazgo es porque el editorial sobre la valija está repleto de necedades que no merecerían ni medio comentario si no fueran dictadas al periodista por la mala leche de los iluminados de la NSA (Nacional Security Agency), cuya prioridad actual es convencer al norteamericano medio que sigue viviendo en un país libre (no como esos pobres venezolanos), y que Estados Unidos debe cumplir con su deber libertario internacional igual que en Irak.

“Ahora está saliendo a la luz que los lazos personales de Chávez con la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, podrían también haber estado estimulados con petrodólares”.

Supongo que el cronista del correo de Washington no ha viajado nunca a nuestro país. Posiblemente crea que somos un país centroamericano pequeño, con dos o tres millones de habitantes y escaso territorio, mayoritariamente selvático. Digo, porque de lo contrario es imposible que piense seriamente que con U$S 800.000 (ocho mil barriles de petróleo), equivalente a $ 2.400.000 de nuestra moneda (30 departamentos de 2 ambientes en Capital Federal), se puede condicionar una elección en Argentina.
Me pregunto: ¿para qué carajo Chávez enviaría esa “enorme” suma para la campaña, en efectivo y por avión? ¿Tan mal anda la informática en EE.UU. que los yanquis aún no conocen las triangulaciones bancarias vía Caimán, Suiza o Uruguay? ¡Pucha, si hasta nuestro Banco Nación las hace desde Nueva York!

Pero además no cabe duda que Cristina le pidió la plata a Chávez para joderlo, nomás, porque no le costaba nada sacarle esas monedas al presupuesto de la SIDE, que ahora no sé cuánto será, pero allá por el 2005 era de 238 millones anuales, y encima no hay que rendirle cuentas a nadie.
Y como no podía ser de otra manera, lo que “confirma” la denuncia del valijero es que “las autoridades venezolanas y argentinas conspiraron para cubrir el asunto y ofrecieron al intermediario U$S 2 millones para que no hablara”. ¿Esos dos palitos verdes se los entregaremos (allá) en una valijita, también? ¿Enviaremos otra maleta para el honorable fiscal de Florida, Estado que posibilitó el fraude electoral que permitió a Bush ser reelecto? ¿Estamos tan esquizofrénicos los argentinos que mendigamos U$S 800.000 para “la campaña” y podemos pagar U$S 2.000.000 por “el silencio”?

Esta vil historia sale a la luz – dice The Washington Post- porque el supuesto estafador Guido Alejandro Antonini Wilson resultó tener doble nacionalidad, norteamericana y venezolana, y tiene domicilio en Florida”. Mire usted que tipo hábil “resultó” ser el Guido. Para las elecciones que vienen en EE.UU. le podemos agregar la nacionalidad argentina, así Lilita, Macri y Rodríguez Saá lo mandan para allá con una valija de Patacones y Lecop (garantizados con dólares truchos) para financiar la campaña de la Hilary, que se anda quejando por falta de plata. Cuando la “vil historia” salga a la luz, descubierta gracias a la investigación periodística del blog de Juancho Martínez, residente en Palangana Frías, provincia de Formosa, pondremos a investigar a Galeano, que con suerte resolverá algo para los comicios del 2037, y “favor” devuelto.

Pero dejemos las boludeces. El verdadero problema, y lo que el “correo para tarados” quiere destacar finalmente dentro de su territorio, es que Kirchner es “un populista que permitió que Chávez utilizara la Argentina como escenario para demostraciones antinorteamericanas”, y que el “supuesto plan de la administración Bush para controlar la Argentina” es una demostración más de la típica paranoia mestiza sudamericana ya que, como todos deberíamos saber, jamás los Estados Unidos han intervenido en América Latina ni lo volverán a hacer.

Se pregunta el periodista del importante pasquín si “la Argentina se está convirtiendo en una colonia de Venezuela”, y nos endilga semejante interrogante a “muchos argentinos”. Tiene razón. No cabe duda que para muchos argentinos es preferible ser una colonia de Estados Unidos, y estoy convencido que para el Washington Post eso es absolutamente correcto, lógico y positivo para nosotros, ya que nos permitiría civilizarnos de una vez por todas y dejarnos de joder con las teorías populistas que tanto mal nos han hecho, pese a los esfuerzos de los yanquis que tanto nos quieren.

En fin, que las noticias dan para lo que dan, que cuando la opereta se la manda el “Clarín” suele ser mucho menos obvia, que las pelotudeces para consumo interno del medio pelo yanqui estupidificado deberían preocuparnos menos, y que es hora de ponerse a laburar para sacar el ispa y el sueño de Patria Grande adelante, antes de que a algún otro yanqui de esos que no publican nada en los diarios, se le ocurra (otra vez) que es hora de enseñarnos como deben funcionar las democracias latinoamericanas.
Argentinos, venezolanos, bolivianos, etc, etc. ¿Porqué no vamos a las cosas?

Enrique Gil Ibarra

martes, diciembre 18, 2007

Las FARC liberarán tres rehenes sin reclamar nada a cambio

Por Esteban Israel

LA HABANA (Reuters) - La mayor guerrilla izquierdista de Colombia entregará tres rehenes, entre ellos un niño, al líder venezolano Hugo Chávez como muestra de "desagravio" por haber sido apartado de negociaciones para un canje de secuestrados, según la agencia cubana Prensa Latina.

Según un comunicado de las FARC difundido por la agencia de noticias, los liberados son Consuelo González, Clara Rojas y su hijo Emmanuel, quien nació hace unos tres años en cautiverio.

Rojas fue secuestrada en febrero del 2002 cuando hacia campaña electoral con la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, también en poder de las FARC y cuya liberación es exigida además por Francia.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) describieron la decisión como un "desagravio" hacia las familias de los secuestrados, luego que el presidente colombiano, Alvaro Uribe, suspendiera la mediación de Chávez para la búsqueda de un canje humanitario, dijo Prensa Latina.

El anuncio deja en una posición incómoda al mandatario colombiano, quien venía reclamando a la guerrilla la liberación de algunos rehenes como un gesto unilateral.

Según Prensa Latina, las FARC también rechazaron en su comunicado la propuesta de Uribe de crear una zona de encuentro de 150 kilómetros cuadrados para negociar la liberación de 47 rehenes y la excarcelación de 500 rebeldes e insistieron en la necesidad de desmilitarizar por 45 días una región montañosa de 780 kilómetros cuadrados, a lo que se opone el Gobierno.

"Según el texto, rubricado por el Secretariado de las FARC, 'la orden para liberarlos en Colombia ya ha sido impartida,"' precisó la agencia cubana.

El despacho, fechado en Bogotá, no dio más detalles sobre la liberación.

González, una ex legisladora, fue capturada en el 2001 cuando transitaba por una carretera del suroeste del país.

viernes, diciembre 07, 2007

De la libertad y otras cosas terribles

Por Carola Chavez (Venezuela)

Si la libertad se pudiera obtener en una tienda, digamos, en una ‘’libertadería’’, ¿cómo haríamos para que nos dieran exactamente lo que queremos?, ¿Sabríamos exactamente lo que estamos pidiendo?

El problema con la libertad es que no es una torta de chocolate. Cuando vamos a una pastelería y pedimos una torta de chocolate, sabemos todos a que nos referimos, sabemos que tiene huevos, azúcar, harina y, por supuesto, chocolate.
Las hay mas chocolatosas, esponjosas, pegostosas, pero todas absolutamente tienen unos ingredientes básicos que le dan la denominación de torta de chocolate.
La libertad por ser un concepto abstracto, acaba en la misma categoría confusa que la belleza. Se ha hablado mucho de ella, se han escrito tratados, desde que el mundo es mundo, sobre un ideal, pero no nos hemos puesto de acuerdo en que carajo es ese ideal.
Millones de citas contradictorias encontré en internet. La libertad vista desde ángulos tan opuestos que, en algunos casos, pareciera que se habla de todo lo contrario: La esclavitud.
Hay quienes aseguran que la libertad es un derecho individual, que es al derecho de decidir hacer o no hacer algo y luego asumir las consecuencias. Y yo me digo: eso está muy bien pero, si yo hago algo que me da la libre gana de hacer, ¿Ante quien asumo las consecuencias? ¿Ante el cosmos? ¿Ante Dios? ¿Ante la posible víctima de mi ejercicio de libertad? ¿Ante mi comunidad?
Esta libertad individualista no acepta el que el termino justicia vaya ligado a la misma, para ellos son dos cosas distintas que nada tienen que ver la una con la otra. Libertad sin justicia, me explican, libertad de ‘’elegir’’ entre hacer el mejor esfuerzo, de desarrollar tus potenciales al máximo o no hacerlo, aquí la justicia nada tiene que ver.

La justicia, siempre por separado, para estas personas es algo muy simple: ‘’quien se destaque más, obtiene más’’, al menos así me explicaba un defensor de esta posición. Y digo yo: Y ¿la equidad dónde queda?.
Según mi amigo, la equidad es injusta ya que todos no se ‘’destacan’’ de igual manera, así que no queda.
Hilando esta conversación me doy cuenta de que la libertad para estas personas es un privilegio, que existe independientemente de que todos puedan disfrutarla, que es libre quien tiene suerte, ya no todos tenemos las mismas posibilidades de elegir entre ser doctor o barrendero, pero aún así nos hacen todos responsables por las vidas que nos han tocado. Al fin y al cabo, los pobres son pobres porque lo ‘’eligieron’’ así.
Su argumento se sustenta con frases sacadas de libros de auto-ayuda: ‘’quien quiere puede’’, con historias tomadas con pinzas sobre alguien que salió de la miseria y ahora es doctor. Son esas escasas excepciones, tan raras que merecen titulares en la prensa, a las que ellos aplauden y utilizan para demostrar su tesis.

Concluyen aseverando que hay quienes se niegan a ser libres, quienes tienen mentalidad de esclavos, y por eso se marginan y no destacan. Aseguran que aportar soluciones es esclavizar, que la solidaridad solo se ejerce cuando uno ve a el ahogado pataleando. Hay que merecer solidaridad, tiene que juzgar quien te podría tender la mano si considera que te esfuerzas lo suficiente como para ser salvado.

Es la ley de la selva para seres humanos racionales y ‘’destacados’’. Y pienso en National Geografic y los leones comiéndose, sin un ápice de piedad a los animales enfermos, a los más viejos, a los más débiles, a las crías de cuanto herbívoro tonto, que eligió no nacer con colmillotes y garras. Porque es cuestión de elegir... ¿O no?
Libertad electiva que convenientemente produce esclavos acobardados ante tal elección. Libertad individual que no acepta ser coartada por la las necesidades de otros. Libertad depredadora, egoísta y alienante. Libertad que puede elegir no ser solidaria, justa, y que solo responde a quien la ejerce, a quien ‘’se hace responsable de sus actos’’. Libertad que no se negocia, aunque atropelle, excluya, y niegue la libertad de los demás.

Tomo dos litros de Primperán porque esto es demasiado para mi delicado estómago…

Luego pienso: si vivimos, desde que el mundo es mundo, en compañía de otros seres humanos, porque el hombre es un animal social, o lo era hasta que esta ola individualista comienza a apoderarse de nosotros en la medida en que somos más ‘’civilizados’’.
Yo recuerdo una de las cosas que más me mortificaba cuando vivía en mayami, era la cantidad de gente que comía sola en los restaurantes que han sustituido a los acogedores y familiares comedores de sus casas. Es una estampa muy triste ver a alguien con un periódico cubriendole la soledad de la cara, sentado en una mesita con tres de sus cuatro sillas desocupadas, mientras espera callado un plato genérico y una sonrisa humana, aunque sea a cambio de una propina.

Y es que el individualismo aliena. Ya no somos grupales, la supervivencia depende de nosotros mismos. En esa lucha constante por ‘’destacar’’ es necesario pisar algunos callos ajenos, y hay recelo, desconfianza, emociones reprimidas porque las emociones son síntoma de debilidad y ya sabemos los que pasa con los débiles. Ya no somos humanos porque nos dejamos nuestra esencia ejerciendo la libertad.
Y yo me pregunto si vale la pena ser libre de ese modo, y me respondo que no, por supuesto. Porque esta no es la libertad que pediría en la ‘’libertadería’’, y si me la dieran, yo la echaría a la basura y escogería, tal vez, no ser libre y pediría libertad colectiva, por favor, y con azúcar. Esa que los individualistas rechazan por tener límites, según ellos, externos e impuestos que coartan la libertad y por ende la niegan.

El concepto libertad, creo haber entendido, surge en el mismo momento en que nos encontramos acompañados, es como el hueco que deja el diente caído que nos recuerda que allí había un diente.
Un hombre solo, cosa inimaginable a menos que seas el naufrago de las comiquitas, puede hacer lo que se le venga en gana y asumir las consecuencias de sus actos el solito, ya que el sería el único afectado por sus elecciones. Pero una vez que se une a otros, ese sin sentido que es la libertad absoluta, deja de serlo para convertirse en el hueco que dejó el diente caído.

Se hacen espacios para que la convivencia fluya, para que las metas comunes sean posibles de alcanzar. Se hacen comunidades, se establecen esas normas que le dan sentido a la libertad. Son justamente los límites los que nos recuerdan que tenemos libertad por paradójico que parezca.
La libertad colectiva implica necesariamente justicia, si todos no somos libres simplemente no hay libertad. También implica solidaridad, ya que para lograr la libertad de todos, todos debemos ayudarnos unos a otros. Con que exista un solo esclavo ya nos estamos negando la posibilidad de ser libres.
Esto es mucho para una cabeza solita, por eso es que somos seres grupales, por eso nos necesitamos y por eso debemos complementarnos en lugar de alienarnos.
Pensar en el bien individual sobre el bien común atenta contra la libertad. Es un o todo o nada que termina favoreciéndonos, que nos destaca en conjunto, que hace que cada uno de nosotros sea importante. Nos obliga a no dejar a nadie atrás, nos obliga a pensar antes de actuar, a no pisar callos ajenos.
En fin, que no es fácil ser libres, exige un esfuerzo constante de muchos, acarrea responsabilidades inmensas que deben ser compartidas. De allí surge la necesidad de vivir en comunidades, entendiéndose éstas como la suma de las personas que la forman mas algo, y ese algo es lo que los vertebra y es eso lo que da pie a la responsabilidad ya que puedes hacer cualquier cosa menos romper el hilo que une a la comunidad.
Visto de esta manera la libertad mas que un derecho es un deber.

Deberes, responsabilidades… ¿Quieren libertad?

Pues bien, manos a la obra y un frasquito de Lexotanil. Olvídense de ‘’destacar’’ si no están dispuestos a hacerlo en equipo. Noten que están pidiendo mas responsabilidades de las que han estados dispuestos a asumir hasta ahora. Sepan que el día que sean libres la vida se les volverá difícil, que tendrán la certeza de que la más mínima decisión que tomen podrá tener consecuencias terribles en algún lugar remoto. Que serán padres de cada uno de los niños que hay en el mundo, que serán hijos de todos los viejos. Que cada Coca Cola que se tomen les sabrá un poco a miseria, que cada franela Gap que usen les causará la picazón que produce la alergia a la explotación humana.

Sepan que no tendrán señora de servicio que les haga sus arepitas, porque no serán capaces de contratarla a menos que les puedan pagar una salario digno, y cuando digo digno me refiero pagar mas mucho más que el monto mínimo que establece la ley. Sepan que se les acabará el placer que les produce un mesonero adulador, que los beneficios grotescos que producen sus empresas les parecerán inmorales, que rechazarán las piñas coladas servidas a la orilla de una playa privada por un pobre diablo disfrazado de marinerito. Que descubrirán que su papá, ese doctor prominente, vale tanto como el papá de otro, aquel campesino incansable. Que despertarán con una opresión en el pecho por haber sido tan ciegos y se pasarán el resto de sus vidas luchando por recuperar el tiempo perdido.

La ‘’libertadería’’ está abierta: ¿Alguien quiere libertad? Les advierto que cuesta una pelota, pero bien vale la pena.

De esperanzas, armas y caracoles

Contra los canallas pueden emplearse
las armas que usan ellos mismos


Esta frase de Simón Bolívar –hallazgo de una nota del Administrador de Anncol (Agencia de Noticias Nueva Colombia / http://www.anncol.nu)- me puso a pensar: ¿Están utilizando las fuerzas populares de Latinoamérica esas armas correctamente? Entiendo que el Libertador no se refería a utilizar las denigrantes bajezas de los torturadores ni de los asesinos, sino las otras, esas que los sistemas corruptos utilizan efectivamente para moldear las opiniones de los pueblos. Creo que la respuesta a la pregunta es (tristemente) negativa.
¿Acaso Bush no utilizó esas armas para convencer a millones de personas en decenas de países sobre el peligro que representaba Saddam? ¿Y no fue eso lo que le permitió adueñarse del petróleo iraquí? Ejemplos sobran. El plebiscito venezolano de hace pocos días es otro de ellos.

Me parece que uno de los principales errores que las organizaciones populares latinoamericanas están cometiendo es que no toman en cuenta el verdadero objetivo de la difusión de sus actividades. Dan la impresión (y esto lo veo en varios de nuestros países, incluida la Argentina, claro) que el principal esfuerzo se dirige a convencer a la fuerza propia, en lugar de llegar a los indiferentes y a los desinformados.

Veamos: durante los días anteriores al plebiscito venezolano, los pocos medios de comunicación que responden al legítimo gobierno venezolano volcaban cataratas de elogios a Chávez y a la revolución –lo que no es obligatoriamente malo, y encantaba a los chavistas- pero olvidaban cumplir con la función primordial: convencer a los dubitativos, informar a los desconocedores de los alcances de la reforma propuesta.

En Bolivia, recién ayer Evo Morales acertó con una apuesta riesgosa, pero muy efectiva: puso contra la pared a los nueve prefectos (gobernadores distritales) bolivianos, aceptando el referéndum sobre su continuidad como presidente, pero intimándolos a colocarse también ellos bajo el juzgamiento popular. Evo pone así en peligro su continuidad como presidente, pero esta jugada que parece arriesgada tiene una lógica profunda: ¿puede gobernarse Bolivia en el actual estado cuasi insurreccional en que se encuentra? Al concluir que no, el Presidente boliviano decide jugar a todo o nada, sabiendo que en determinados momentos históricos es la única movida posible.
Si gana, es obvio que los prefectos que se le oponen perderán, y por lo tanto el gobierno tendrá no sólo un renovado aval del pueblo, sino la seguridad de normalizar el país. Si pierde, habrá evitado lo que se preanuncia como una guerra civil en ciernes o un potencial golpe de Estado sangriento, y podrá volver al llano a seguir trabajando desde las bases sin pagar el costo político del desgobierno, que de todas formas le impediría aplicar su proyecto nacional.

Colombia es la tapa de los medios “internacionales” en estos días debido a las negociaciones por Ingrid Betancourt. Como es lógico, el presidente colombiano Álvaro Uribe, respondiendo a sus “mandos naturales”, pondrá todas las trabas posibles al canje humanitario. Y no digamos lo absurda que resulta la intervención “conciliadora” de Nicolás Sarkozy, presidente de Francia, Copríncipe de Andorra, Maestre de la Legión de Honor y derechista consecuente, que ha descubierto en estas horas las ventajas políticas de los derechos humanos.
Pero, frente a esto, ¿Qué hacen las FARC? Discuten con el gobierno colombiano las “condiciones” del canje. “Agradecen” a Sarcozy sus “buenas” intenciones, pero insisten en “te doy, me das”.
Mientras tanto, si la salud de Betancourt diera un vuelco fatal ¿qué sucedería? Ambas partes se denunciarían mutuamente como culpables, y la comunidad internacional no vacilaría en encontrar a las FARC “responsables objetivas” de la muerte.
Las acusaciones principales que afrontan las tropas de Tirofijo son el terrorismo y el narcotráfico. La segunda acusación es bastante burda, proviniendo de un presidente cuyo principal asesor es José Obdulio Gaviria, primo de Pablo Escobar Gaviria, jefe del cártel de Medellín. Pero la primera es seria, y contribuye a la credibilidad de la segunda.
Si las FARC no son terroristas deben demostrarlo, porque no basta con que sus partidarios y amigos lo sepan, sino que se necesita que los desinformados, los indecisos, lo acepten (volvemos al principio).

Lo que quiero decir es que a veces, aquellos que desean modificar la realidad en sus países deben comprender que ser tortuoso no significa obligatoriamente ser maquiavélico sino dejar de ser simple, porque el adversario no es simple, y sí suele ser maquiavélico. ¿Se entiende?

La única opción lógica (y correcta desde el punto de vista marxista) es arrebatarle la iniciativa al enemigo: las FARC deben liberar YA a Ingrid Betancourt (y sólo a ella) sin ningún canje.
Deben hacerlo manifestando que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia no juegan con la vida de nadie, porque NO SON terroristas y que –en este caso-, renuncian a exigir un justo intercambio de prisioneros, para demostrar a la opinión pública internacional quiénes son los que verdaderamente se oponen a la paz en Colombia. Que saben que los 500 combatientes encarcelados, tanto en Colombia como en EE.UU., aceptarán de buen grado prolongar su prisión algunos meses, si eso sirve a la pacificación de su país. Y que desafían al gobierno de Uribe a concederle a Manuel “Tirofijo” Marulanda Vélez sólo una hora de espacio (grabado, para que no haya sorpresas ni traiciones) en los medios televisivos nacionales, para explicar su propuesta de paz.
Una acción como ésta recibirá inmediato respaldo internacional (puedo garantizarlo), volcará a la opinión pública en su favor, y arrinconará a Álvaro Uribe, quien no tendrá más remedio que avanzar en las negociaciones para el canje humanitario de todos los demás secuestrados y detenidos. Si Uribe se niega, si no concede esa única hora, quedará en descubierto ante el mundo. Es simple.

Debemos aprender. Todos y de todos, porque cada error, cada pérdida de iniciativa, cada empecinamiento necio en no reconocer nuestras limitaciones, nos retrasa y entorpece. Y digo “todos” y me incluyo, porque esta noteja pudo en parte armarse recordando un texto de un publicista excelente, que inauguró el concepto del marketing revolucionario. Esto narraba el sub comandante Marcos en 1996:

“Los indígenas zapatistas habían levantado un auditorio más o menos convencional: una especie de escenario que semejaba la quilla de un barco, una parte plana al frente, con sillas, y una tribuna con bancas de madera (aprovechando la ladera de una colina). En fin, nada extraordinario. Si acaso algo llamaba la atención era que las bancas estaban montadas sobre horcones y amarradas con bejucos. No había ningún metal en esa tribuna.
Puestos a resolver la construcción de las casas de hospedaje, la biblioteca y otras instalaciones, los jefes indígenas tojolabales de la insurrección zapatista, ahora arquitectos improvisados, empezaron a levantar casas en un aparente desorden que, eso creyó el Sub entonces, se limitaba a salpicar los alrededores del gigantesco auditorio. No fue hasta que, haciendo cuentas de la capacidad de albergue de cada construcción, el Sub se dio cuenta de que una de las casas estaba "chueca'', es decir, tenía una especie de quiebre incomprensible en uno de sus extremos. No le puso mayor atención. Fue el comandante Tacho, tojolabal, quien le preguntó:
--¿Qué te parece el caracol?
--¿Cuál caracol? --le respondió el Sub, siguiendo con la tradición zapatista de respuestas que son preguntas, el eterno juego de la interrogante frente al espejo.
--Pues el que rodea al auditorio --le respondió el comandante Tacho como si dijera: "hay luz en el día''. El Sub se le quedó mirando y Tacho entendió que el Sub no entendía lo que él entendía, así que lo llevó hasta la casa "chueca'' y le señaló al techo donde los travesaños hacían un caprichoso quiebre.
--Aquí es donde da curva el caracol --le dijo.

Seguramente el Sub puso cara de "¿Y?'' (igual que usted la estará poniendo ahora), por eso el comandante Tacho se apresuró a hacerle un dibujo en el lodo, con una varita. El dibujo de Tacho representaba la ubicación de las casas que rodeaban el auditorio y sí, gracias a ese quiebre de la casa "chueca'', el conjunto semejaba un caracol. El Sub asintió en silencio después de ver el dibujo. El comandante Tacho se fue a ver lo de la lona que serviría para cubrir el auditorio en caso de que lloviera.
El Sub se quedó parado, frente a la casa "chueca'', pensando en que la casa "chueca'' no estaba "chueca''. Simplemente era el curvado quiebre que el caracol necesitaba para dibujarse. En eso estaba, cuando un periodista se le acercó y le preguntó, buscando una respuesta de profundo contenido político, que qué significaba para los zapatistas el Aguascalientes.
--Un caracol --le respondió lacónico el Sub.
--¿Un caracol? –preguntó (el periodista) y se le quedó viendo como si no hubiera entendido su pregunta.
--Sí --le dijo. Y, señalándole el punto de quiebre de la casa "chueca'', el Sub se retiró.

Sí, estoy de acuerdo con usted. El caracol en torno al Aguascalientes sólo podía haber sido advertido desde la altura. Es más, sólo a partir de determinada altura.
Quiero decir que había que volar muy alto para descubrir el caracol zapatista que se dibujaba en estas tierras pobres y rebeldes”.

Es simple.

Enrique Gil Ibarra – 7 de diciembre de 2007

martes, diciembre 04, 2007

Cada vez más preocupado…. (Venezuela)

Aclaración importante: En esta nota se citan frases que supuestamente pertenecen a la compañera Carola Chavez, de Venezuela. Ella me ha escrito corrigiéndome -correctamente- e indicando que las frases no le pertenecen a ella, sino a otro compañero, de apellido Antúnez. En mi descargo, sólo puedo decir que el post que leí y de donde extraje los (supuestos) comentarios de Carola la daba como autora de los mismos, sin mencionar a otra persona. Mis disculpas. EGI.

Cuando la realidad se nos estampa en la jeta, hay dos posibilidades: a) reacomodamos el gesto como podemos, decimos “qué boludo ¡cómo no la vi venir!” y empezamos a pensar en qué nos equivocamos, o b) lloriqueamos un poco, afirmamos “¡qué realidad hija de puta!” y seguimos caminando como si nada, a la espera del próximo cachetazo.

Me he pasado las últimas horas leyendo los comentarios de compañeros venezolanos cuyos análisis de lo sucedido en el plebiscito están recorriendo el mundo. Y, sinceramente, estoy cada vez más preocupado. Parece ser que la tendencia general (a grosso modo) es afirmar algo más o menos así: “Bueno, perdimos, pero en realidad ganamos, y como Chavez es taaaan genial, no hay problemas, porque sin duda ganaremos aunque perdamos, y en realidad todo salió perfecto, porque aunque el pueblo se abstuvo en un 44% y aunque muchos chavistas no nos votaron, esto no es problema, porque pronto ganaremos igual, ¡porque somos revolucionarios, qué mierda!”.

Sin autocrítica no hay revolución

Una compañera (Carola Chávez, que no es pariente, pero está tan enamorada del líder que no parece poder criticar nada) se consuela así:
¿Que piso político tendría el Presidente si hubo el "Chavista" parejo que mostró la ignorancia y votó NO? y .. (…) ¿Acaso en la oposición no quedaron como los imbéciles que son luego de pasarse meses cantando fraude, etc, etc...? (…) ¿Se puede implantar una reforma constitucional con ese margen tan pequeño? (..) Algo así pudo estar pensando el Presidente cuando reconoció la derrota y llamó a seguir luchando. (...) Con el reconocimiento, Chávez le arrebata la agenda inmediata a la oposición, entre otras cosas se quedan sin razón para "Calentar calle", se les cae el argumento del "Dictador", se quedan sin el COCO que tanta falta les hace, les da un caramelo que los distraiga mientras (Por ahora) nosotros seguimos construyendo un país mejor”.

Por supuesto que no existió el piso político. ¿No sería más lógico preguntarse qué se hizo mal para que existiera un “chavista parejo” que votó NO? ¿Cuánto de “revolucionario” tiene justificar los propios errores en la “ignorancia” del pueblo? ¿Es “imbécil” la oposición QUE GANO? No jodamos, esto no es serio.
Pero hay más para mirar: Se plantea el “reconocimiento” de la derrota como una concesión “graciosa” del compañero Chavez “que le arrebata la agenda” a la oposición. ¿Acaso plantea la compañera que el gobierno venezolano podía “elegir” cometer fraude? ¿Cree de verdad la compañera que a la oposición manejada por el Imperio se la puede “distraer con un caramelo” (este “pequeñísimo” triunfo que obtuvieron) mientras “seguimos construyendo un país mejor”?

Continúa la compañera Carola su análisis revolucionario y afirma que “El Gobierno cometió un error garrafal, confiar exclusivamente en el arrastre del portaaviones Chávez y dejarle la agenda mediática a Globovisión, (…) Los batallones, salvo excepciones, se fueron ayer a la playa (estaban a full) y dejaron el trabajo al carisma del Presidente.(…) Diez elecciones en fila acostumbraron al chavismo a ganar fácil contra una oposición desarticulada y lo que da miedo es que esa oposición desarticulada derrotó al chavismo sólo con argumentos ridículos y un canal mentiroso.(…) Habrá que esperar la andanada de excusas y justificaciones que vendrán sobre todo desde el lado de los grandes culpables y sacar la mejor enseñanza. (…) El Presidente no da puntada sin hilo y muchas veces nos ha demostrado que lo que a primera vista parece un error, con el tiempo demuestra ser lo mejor”.

Bueno, parece que los errores garrafales de la revolución los comete “el gobierno”, que confió en “el arrastre” de Chavez (que no es el gobierno, claro) y los batallones que se fueron revolucionariamente a la playa confiando en el carisma del presidente. La oposición está tan “desarticulada” que nos derrota con argumentos ridículos y la “andanada de excusas” llegará del lado de los “grandes culpables” que son, supongo, el Gran Bonete, la Bruja del Este y el Capitán Garfio.
Ah, me olvidaba: “lo que a primera vista parece un error, con el tiempo demuestra ser lo mejor”. Caramba.

Pero no carguemos las tintas sobre la compañera Carola. Su exposición es sin duda la mejor manera que ha encontrado de hacer frente a la decepción, y su admiración por Chavez le impide ver que la ceguera (perdón por el retruécano) no es el mejor aliado de una revolucionaria.

Con magia no hay revolución

Como no podía ser de otra forma, las visiones conspirativas y el “realismo mágico” también aparecieron de inmediato:
…Lo que realmente ganó fué un miedo atávico a los cambios, lo que ganó fué una campaña de medios, el verdadero golpe de estado fué moral, fué de provocarnos una profundísima reflexión sobre la forma, si bien no sobre el fondo
Así lo explica el compañero Juan Carlos de la Cruz, y supongo (creo) que se refiere a que una cantidad de personas votaron “NO” asustados por la “forma” de la reforma y no por el “fondo” de la misma. Ajá. ¿No deberíamos haber tomado eso en cuenta “antes”? Digo, me parece. Si nos estamos planteando un Estado socialista, creo que la opinión del pueblo que supuestamente nos apoya debe ser importante. ¿A nadie se le ocurrió ir a conversar un poco por los pueblitos? Porque parece que con el “fondo” no alcanzó. A veces las “formas” importan.

Y acá viene la magia invocada por el compañero Juan Carlos: “Fantaseo ahora... como frecuentemente lo hago, sobre si no sería esto incluso una jugada estratégica (¿¿¿???) Una jugada estratégica justificaría el largo lapso de espera por los resultados, el "qué y cómo decirlo" para lograr un efecto favorable.(…) Me dan a pensar que los "nuestros" ya sabían hace rato por donde venían los tiros, que posiblemente desde las 9 pm o un poquito más, se estaba cuadrando cómo manejar la cosa, que Chávez sale al aire con este "Plan B" como una medida brillante para dejarlos desnudos... (…) no olvidemos que él tiene otros medios para lograr muchos de esos cambios -la reforma a la constitución es el más contundente y el mejor, pero no el único- y que ya él en una oportunidad se entregó "para evitar un mayor derramamiento de sangre"(…) ¿Podríamos decir acaso, que anoche Chávez "entregó" la reforma para evitar el derramamiento de sangre al que posiblemente ibamos enfilados derechito si la oposición ejecutaba el "Plan tenaza"?(…) No sería, entonces y siendo malicioso, la jugada maestra más ingeniosa para ACABAR con la oposición y obligarlos a entrar por el carril?

Parece que Juan Carlos piensa que Chávez perdió A PROPOSITO. Esa jugada “brillante” del comandante fue porque Chavez “sabía” que no se ganaba cómodo y entonces “entregó” la reforma (¿hizo fraude al revés?) para evitar el Plan Tenaza y el derramamiento de sangre. ¡Pues carajo, si sabíamos todo eso no hiciéramos el plebiscito ése! –diría un cumpa cordobés que conozco- pero lo interesante es que el compañero Juan Carlos deduce que con esta derrota popular ¡la oposición está ACABADA! Y se puede obligarlos a “entrar por el carril”. Yo debo ser idiota, porque a mí me enseñó Perón que cuando el pueblo pierde, el enemigo avanza, no retrocede. Pero a lo mejor en Venezuela es distinto.

Esto debe, pienso yo, llamarnos a una profundísima reflexión –se autoconvoca Juan Carlos- por cuanto ahora, para lograr esos cambios profundos que queremos, debemos también sanar heridas y sembrar nuevamente la esperanza que haga, por ejemplo, que ese millón y pico de votos que desaparecieron vuelvan a manifestarse, y que la gente que no participó entienda, de una vez por todas, la importancia, la magnitud de la decisión que se estaba tomando, y que en algunos casos no fué bien explicada (por lo que ganó la campaña de desinformación y terror), y en otros, simplemente no generó peso suficiente en las conciencias de esos votantes como para motivarlos a dar su opinión

Bueno, todo bien, pero también “pienso yo” que la “profundísima reflexión” brilla por su ausencia, que ese millón y pico de votos que “desaparecieron” (¿Dónde habrán ido?) no retornarán por “esperanza” y que la gente que no participó no participará si todos los compañeros que están jugando a felices revolucionarios no ponen los huevos donde deben ponerlos, y se dejan de joder con frasecitas del tipo de “no generó peso suficiente en las conciencias de esos votantes como para motivarlos a dar su opinión” que en buen cristiano significa solamente “no hicimos un carajo por concientizar a los compañeros, la responsabilidad era nuestra y no la supimos cumplir”.


El enemigo no va a hacer la revolución

Por supuesto, otro brillante análisis que no podía faltar es que “nosotros somos buenos, pero el enemigo es malo y nos quiere joder de puro jodido que es”.
Arranca la compañera Raquel García con esta joya política: “…la gente voto NO, por la re-elección de Chávez...por mas nada... ¡eso es lo que los tiene cagaos! (…) ¿Pero es el pueblo el que esta asustado porque se quede Chávez en el gobierno...? NO y NO y todos lo sabemos”.

Pues parece que algunos de esos “todos” se olvidaron de avisarles a otros pocos (como el 44%) que si no votaban por el SI, otros pocos (que sin el 44% iban a parecer el 51%) y que no son pueblo, iban a votar por el NO, ganándoles a “todos”, que parecen el 49% pero que en realidad son el 30% porque el 44% no votó.

Y continúa –como es lógico en una compañera convencida de la justeza de sus principios revolucionarios- quejándose por “La campañita aquella de que le van a quitar a los hijos, que los van a mandar a Cuba, que les van a quitar la casa, que los médicos cubanos son agentes secretos...y todas esas pendejadas que más de una cabeza hueca asimiló, hicieron su trabajito sucio

Alguien (espero que lo haga Chavez, y pronto) debe explicarle a los compañeros que sí, que el enemigo ES malo. Que si no fuera malo no tendría sentido combatirlo, y que seguramente el enemigo pondrá en práctica su maldad cada vez que pueda para ganarnos.
Venezuela estuvo en estos días a un paso de una potencial guerra civil. Si los cuadros de la revolución Bolivariana (y tengo que pensar que lo son, de lo contrario sus opiniones no deberían estar recorriendo el mundo, quisiera creer que “alguien” controla eso, cuando menos) no comprenden la gravedad de una situación así, estamos jodidos. Con el Imperio no se juega. En esto no se puede decir: me ganaste, taza, taza, cada cual para su casa, mañana jugamos de nuevo, esta vez te invito yo a tomar la leche. Las revoluciones cuestan vidas. El enemigo se las lleva, y no le importa el número. Venezuela socialista no es moco de pavo, ni juego para pavotes.

Sigue la compañera Raquel quejándose del enemigo: “A todos los que se prestaron para atacar a Chávez, como "presidentes vecinos", "militares con precio", "ex-esposa frustrada", "reyes desubicados", "expresidentes fascistas" y todos los que "aun sin saber de lo que estaban hablando", se prestaron para atacar a nuestra hermosa patria, les queda el sabor del triunfo pasajero, ¡por fin le ganaron una a Chávez!” y se consuela (qué original) reconociendo que “ninguno de ellos, parece haber medido el nivel de compromiso que tenemos los venezolanos con este proceso y, que muchos no acudieran a las urnas a manifestarlo, es producto de la ''guerra del miedo" que los opositores lanzaron en el país, amenazando con ''incendiarlo'' si los resultados le eran adversos...por lo tanto, es un triunfo pasajero que nos pone a reflexionar, porque así debe ser, pero que en ningún momento nos derrota”.

“Un triunfo pasajero”… si, por supuesto que será un triunfo pasajero si (y sólo si), los compañeros dejan de “prometer” reflexiones y se ponen de verdad a pensar. Me parece excelente que no pierdan la fe y la esperanza. Me parece mal que sólo les interese la fe y la esperanza. Un poco de cerebro tampoco está de más.

Los pueblos hacen la revolución

Curiosamente, el único comentario que salió al exterior y que puede considarse reflexivo y atinado, es el de un hombre que inicialmente apoyó incondicionalmente al gobierno, teórico del Socialismo del siglo XXI y asesor de Chavez, que luego realizó críticas serias al proyecto de reforma y que fue (por supuesto) fuertemente desacreditado y denostado por los compañeros revolucionarios.

Ayer, Heinz Dieterich dijo: “Es un momento difícil y doloroso para iniciar un análisis frío de la derrota, pero no es posible posponerlo, por dos razones. Esta es una guerra, y en toda guerra la derrota y confusión del enemigo es el momento idóneo para liquidarlo con un golpe decisivo(…)Washington tratará de dar golpes decisivos a partir de este momento en los flancos débiles de la revolución nacionalista-desarrollista latinoamericana, para convertir la batalla ganada en una guerra ganada (…) De la misma manera, la innecesaria y evitable derrota en Venezuela es el producto del triunfalismo, del voluntarismo y de la falta de debate crítico dentro y fuera del proceso. La única manera de salvar el proceso ahora es la crítica racional de las causas del descalabro y la comprensión realista de las opciones de triunfo que quedan. (…) La economía venezolana sigue siendo una economía de mercado capitalista y su superestructura sigue siendo la de una democracia burguesa, y esto determina las opciones reales que tiene la política económica de Miraflores. La voluntad del cambio revolucionario y el deseo de ayudar a los pobres, no logra contrarrestar esas realidades objetivas, tal como experimentaron Mao en el “gran salto adelante” y Fidel en la zafra de las 10 millones de toneladas. El voluntarismo tiene sus límites objetivos (…) Hugo Chávez es necesario para la continuación del proceso, pero sólo tendrá futuro, si se abre a instancias colectivas de conducción. Si no, destruirá el proceso que ha ayudado a construir, porque no solo es cierto que “la Revolución devora a sus hijos”, sino también que los líderes revolucionarios, cuando se convierten en conductores unilaterales, “devoran a la Revolución”.

Impecable. Concisa y concretamente, este hombre ha reconocido cuál es el error principal que debe ser subsanado. Chavez no hará la revolución en Venezuela. Si el pueblo quiere hacerla, Venezuela hará la revolución “con o sin” Chavez. Si Chavez no comprende que no basta con él como individuo para liderar el proceso, si no logra explicarles eso a sus cuadros militantes, si no consigue reemplazar el “culto a la personalidad” incipiente que están desarrollando sus seguidores (y seguidoras) por una conducción colegiada que pueda (hoy) colaborar en corregir esos errores y mañana ocupar su lugar, la revolución obligatoriamente fracasará, y el “por ahora”, con el que por supuesto coincido, se convertirá en “nunca”.

Enrique Gil Ibarra – 4 de diciembre del 2007

(corrijo la fecha, me había confundido de mes, y no tengo poderes adivinatorios paranormales)

lunes, diciembre 03, 2007

Carajo (Venezuela)

Permítanme un “¡carajo!” de bronca, porque en Venezuela ganó el NO. Y aunque a muchos les parezca un despropósito, insisto en que los pueblos no se equivocan. La pasada semana, en mi comentario “El dilema de los pueblos”, escribí lo siguiente:


“En Venezuela, descontando la propaganda tendenciosa de los medios ‘republicanos y democráticos’ (incluyendo la CNN), lo cierto es que –mal que nos pese- no está tan claro el resultado del plebiscito. El error de Chavez fue, sin duda, incluir en la reforma constitucional la reelección indefinida, que proporcionó a la oposición conservadora un elemento precioso para influir en los sectores “independientes”, ya temerosos de la iniciativa del ‘Poder Popular’”.


No cabe duda de que ese temor, que se demostró que no abarcaba sólo a los “independientes”, sino a una buena porción del chavismo moderado, fue decisivo. Se dirá que la elección fue pareja. No, no lo fue. Un 44% de abstención en una votación tan trascendental para un país indica no una altísima indiferencia, como podría pensarse, sino un elevadísimo nivel de desinformación en la población de menores recursos y del interior venezolano. Eso, para un proyecto que cuenta con el respaldo gubernamental, y una enorme masa de militantes movilizados, es imperdonable.
Fue absolutamente racional Chavez cuando afirmó que por esa diferencia de votos prefería perder. Sin duda, con menos del 30% de la población a favor, no puede pretenderse avanzar pacíficamente hacia el socialismo. Lamentablemente, esa racionalidad que exhibió anoche, le faltó en los meses pasados cuando descuidó ordenar a sus militantes una imprescindible labor de concientización masiva sobre los alcances de la reforma constitucional y las ventajas que ésta tenía para los venezolanos menos favorecidos. Tampoco hubo la paciencia necesaria para comprender que la posibilidad de reelección permanente era una cuestión de importancia terciaria: si se ganaba en el plebiscito, si se legitimaban constitucionalmente las milicias populares, si se revocaba la independencia del Banco Central de Venezuela, la reelección presidencial podría discutirse en un par de años, con un elevado grado de poder popular detrás. Hoy, lo que se discutirá es el grado de retroceso del proyecto socialista. Y Chavez deberá dejar muy posiblemente la presidencia dentro de 5 años.
¿Y porqué sigo afirmando que los pueblos no se equivocan? Las pruebas están a la vista: Un triunfo del SI representaba – y el pueblo mayoritariamente lo entendió así- un conflicto gravísimo en puerta, que no iba a poder ser solventado con el grado de organización y movilización actual del chavismo.
Decía también el otro día:


“...un enorme sector de nuestros pueblos se niega a ‘pensar en lo impensable’. Prefieren creer que es posible confiar en que la justa distribución de la riqueza, de la que hablábamos más arriba, puede llegar gracias al paternalismo de los gobernantes. Creen en la falacia de los “derechos inalienables”, cuando la realidad nos indica desde el comienzo de los tiempos que los derechos se conquistan y se mantienen con sangre, sudor y lágrimas.
No nos confundamos: las democracias son un bien conquistado, pero si no se las defiende, se caen como hojas en otoño, sin pena ni gloria.
Que yo sepa, la única nación latinoamericana que está organizando a su pueblo para una potencial defensa de la democracia, es Venezuela. Esperemos que esa organización llegue a tiempo”.


Bueno, pues en el primer examen salimos mal. La organización no llegó a tiempo, y fue el pueblo venezolano, intuitivamente, quien priorizó “salvar la democracia”, aunque eso significara resignar parte del camino transitado. Tengo claro que a muchos este análisis les resultará erróneo, “basista”. No me preocupa demasiado. Me preocuparía si hubiera ganado el SI por esa diferencia. Me preocuparía también si hubiera ganado el NO por 20% de diferencia y sin abstención. Con los resultados a la vista, es clarísimo que una gran cantidad de partidarios de Chavez, íntimamente, se preguntaron “¿y si ganamos que pasa después?”; “¿podemos sostener el socialismo solos?”; “¿la oposición soportará pacíficamente una derrota?”; “¿Y Estados Unidos?”. En resumen, la misma pregunta de siempre: “qué pasa después”. Una pregunta a la que muchas veces los dirigentes y los intelectuales no prestan atención, pero que los pueblos tienen siempre presente, por un simple motivo: los pueblos no pueden exilarse cuando las papas queman.
Creo, a pesar de todo, que ésta ha sido una lección importante, y no sólo para Chavez, sino para todos nosotros. Nos ha recordado que no basta con la voluntad para cambiar un sistema. No basta con un único conductor para elaborar políticas triunfantes. Y por último: cuando se toman medidas que pueden llevar a un enfrentamiento militar -y sin duda el triunfo del SI podía traer aparejado un riesgo en ese sentido-, es necesario, no solamente estar personal y absolutamente seguro de que se derrotará al enemigo, sino también que tu ejército –en este caso el pueblo venezolano- también esté convencido de ello. De lo contrario se replegará, y esperará un mejor momento.
¿Sólo la organización vence al tiempo? Si, definitivamente. Y no sólo al tiempo.


Enrique Gil Ibarra