martes, julio 26, 2011

Que haya una sola clase de hombres…

…Que haya una sola clase de hombres, los que trabajan;
Que sean todos para uno y uno para todos;
Que no exista ningún otro privilegio que el de los niños;
Que nadie se sienta más de lo que es ni menos de lo que puede ser;
Que los gobiernos de las naciones hagan lo que los pueblos quieran;
Que cada día los hombres sean menos pobres y
Que todos seamos artífices del destino común...”


(Mensaje de navidad de 1951)

Para nosotros era la “Evita Montonera”, desmelenada y sonriente. Años perdidos en bizantinas discusiones intentando explicarle a los compañeros no peronistas que no importaba que no lo hubiera sido realmente, que era lo de menos si a lo mejor (muy probablemente) no hubiéramos estado de acuerdo en muchas cosas.

Al final, nos cansamos. ¿Cómo lograr que alguien, que no quiere entender, comprenda que lo importante no es solamente quién fue, sino cómo la recordamos, aunque no la hayamos conocido?

Que las virtudes y defectos de la persona son los que yo quiero adjudicarle o reconocerle, no los que tuvo. Porque cuando un individuo es lo suficientemente grande como para convertirse en símbolo de un pueblo, sus virtudes son las virtudes del pueblo, y sus defectos son sólo los que el pueblo quiere recordar, u olvidar.

Sus frases fueron muchas veces contradictorias, es cierto. A veces la releo, y no me suena a “Evita” lo que leo. Compañera: ¿Es que hubo muchas vos? Seguramente. ¿Es la mujer enamorada del General la que escribe La Razón de mi Vida?

¿Es la mujer enamorada del pueblo la del Cabildo Abierto del 22 de agosto?

Puede ser que nuestra Evita, la montonera, haya sido la que decía: “No hay nada que sea mas fuerte que un pueblo. Lo único que se necesita es decidirlo a ser justo, libre y soberano. Los procedimientos, hay mil procedimientos eficaces para vencer: con armas o sin armas, de frente o por la espalda, a la luz del día o a la sombra de la noche con un gesto de rabia o con una sonrisa, llorando o cantando, por los medios legales o por los medios ilícitos que los mismos imperialismos utilizan en contra de los pueblos”.

Frases sepultadas con ella, que no quieren recordarse.

¿Y que tienen que ver con la Evita de las velas en los ranchos? ¿Con la Santa Evita de las villas? “…lo que ha fracasado no es el cristianismo. Son los hombres los que han fallado aplicándolo mal. El cristianismo no ha sido todavía bien probado por los hombres porque el mundo nunca fue justo... El cristianismo será verdad cuando reine el amor entre los hombres y entre los pueblos; pero el amor llegará solamente cuando los hombres y los pueblos sean justicialistas”.

Claro que estaba la Evita de los otros. La “Eva Perón” del partido. Pero esa nunca fue nuestra. Era (y es) de ellos, los “domesticadores”, los que siempre sufrieron esa “crisis de identidad”. Los “justicialistas” que añoran el respeto de las clases cultas y bienpensantes, y por lo tanto se desesperan por añadirle al pejotismo las sedas y oropeles que lo harán finalmente potable para el Rotary Club y el capitalismo serio.

“Nada de la oligarquía puede ser bueno. No digo que (no) puede haber algún oligarca que haga alguna cosa buena...Es difícil que eso ocurra, pero si eso ocurriera creo que seria por equivocación, convendría avisarle que se esta haciendo peronista”.

Se dice en estos tiempos que Evita ha superado las fronteras políticas, y por cierto que lo parece. Señoras entradas en años afirman que fueron sus furiosas detractoras pero, hoy, “reconocen” la importancia de su trabajo social, y su dedicación “a los humildes”.

Supongo que el “generoso” reconocimiento provocaría no otra reacción que una fuerte carcajada y un musitado “hay que trabajar más, no tengo tiempo”. El General recordaba sus últimos días y contaba: “…sus ojos parecían vivos y elocuentes. Se posaban sobre todas las cosas, interrogaban a todos; a veces estaban serenos, a veces me parecían desesperados...".

Reducir a Evita al simple papel de “benefactora de los pobres” como si pudiera equiparársela a las Damas de Caridad, no deja de ser otro intento del sistema de ocultar sus aspectos menos… ¿conciliadores?

“A Perón y a nuestro pueblo les ha tocado la desgracia del imperialismo capitalista. Yo lo he visto de cerca en sus miserias y en sus crímenes. Se dice defensor de la justicia mientras extiende las garras de su rapiña sobre los bienes de todos los pueblos sometidos a su omnipotencia. Se proclama defensor de la libertad mientras va encadenando a todos los pueblos que de buena o de mala fe tienen que aceptar sus inapelables exigencias”.

Se me hizo difícil completar esta nota y, en realidad, no creo haberlo logrado. Debo reconocer (con un poco de vergüenza, tal vez) que más acá de toda racionalidad, en las reflexiones sobre Evita (y sólo sobre Evita) se me inmiscuye sin pedir permiso esa maldita frase “el peronismo es un sentimiento”, de la que tanto se han aprovechado los gorilas para simbolizar nuestra supuesta falta de cultura y capacidad intelectual. Y sin embargo….en este caso no puedo hacer otra cosa que reafirmarla. Porque podremos decir/escribir tantísimas cosas, pero al final todo se resume en que Evita es la bandera del pueblo. Y no sé si de alguien, en toda nuestra historia, se podrá decir algo mejor.

Enrique Gil Ibarra

domingo, julio 24, 2011

Antología Homenaje a Rodolfo Walsh

La Biblioteca virtual Rodolfo Walsh, con la colaboración de El Ortiba, convocan a escritores de habla castellana a participar en la Antología Homenaje a Rodolfo Walsh. Un tributo al hombre y al escritor. La antología se llamará "Walsh en situación" y la idea es que se respete la integralidad de Walsh como militante y escritor, en la comprensión de que Walsh escribía así porque pensaba y actuaba como militante.

Las bases para integrar la Antología son:

a) Enviar un poema o cuento, con una extensión no superior a dos carillas A4.

b) Al pie del texto datos personales, lugar (país o ciudad) en donde reside, e-mail y teléfono

c) Adjuntar una nota autorizando la utilización del poema o cuento para la antología. Los autores conservarán todos los derechos sobre el material.

d) El texto debe estar dedicado a Rodolfo Walsh, a su obra, a su personalidad, a su vida o su lucha y militancia.

e) Deberá ser enviado antes del 31 de enero 2012 a elhendrix@yahoo.com o elortiba@elortiba.org.

f) Los trabajos seleccionados formarán parte de la Antología Homenaje a Rodolfo Walsh "Walsh en situación" que se presentará el 24 de marzo del 2012 en lugar a designar. Los autores seleccionados recibirán un diploma acreditante.

g) No se cobra inscripción y no hay obligación de compra alguna.

Preguntas y aclaraciones a: elhendrix@yahoo.com

Biblioteca Virtual Rodolfo Walsh: bibliowalsh.cjb.net ; elhendrix.com.ar/biblioteca

Enrique Gil Ibarra
: elhendrix.com.ar ; elhendrix.blogspot.com

El Ortiba: elortiba.org

miércoles, julio 13, 2011

Ey, qué te pasa Buenos Aires, es con vos

Por Julián Bruschtein y Werner Pertot

La columna de Fito Páez que publicó ayer en su contratapa Página/12 desató una polémica entre políticos, artistas y en las redes sociales. La cúpula del PRO salió a acusar de “fascista” al cantautor rosarino, mientras que diversos artistas defendieron su derecho a “decir lo que quiera”, dado que no se trata de un funcionario público ni participa de la campaña. El tema estalló en las redes sociales y generó una respuesta del asesor PRO Alejandro Rozitchner en la web del diario La Nación. Desde una ONG porteña, incluso, amenazaron con denunciar por “discriminación” al cantante. El secretario general del gobierno porteño, Marcos Peña, le reclamó incluso al senador Daniel Filmus que condenase las declaraciones de Páez. El candidato a jefe de Gobierno kirchnerista señaló que “los intelectuales y los artistas pueden expresar sus opiniones libremente. Los políticos no nos podemos enojar con los ciudadanos”. Mauricio Macri se mantuvo fuera de la polémica.

En la columna que publicó ayer este diario, Páez –que se autodefinió como “vecino de la Ciudad de Buenos Aires”– consideró que la ciudad se había convertido en “una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas. A la mitad de los porteños les encanta aparentar más que ser”. El cantante comparó al 47 por ciento que votó al macrismo con los que habían votado a Carlos Menem en 1995 y señaló que “da asco la mitad de Buenos Aires. Gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing”.

La columna tuvo repercusión en las redes de Facebook y Twitter, donde #fitopaez llegó a ser trendin topic (uno de los temas más importantes del día). Las opiniones se dividieron entre los que se sentían identificados con lo que decía el cantante y aquellos que lo cuestionaban y lo tildaban de intolerante. Las posiciones a favor o en contra circularon todo el día.

Los funcionarios macristas de-sarrollaron una estrategia de campaña a partir de este escenario: funcionarios, diputados y legisladores salieron en masa a cuestionar al cantante (ver aparte). Lo llamaron “fascista” y le exigieron que se disculpara. El eje central de esta táctica fue una columna de Alejandro Rozitchner publicada en el sitio web de La Nación. Con el título “Fito, no entiendo”, le reclamaba al cantante una rectificación: “Dale, Fito, aflojá. No des pie a que digan ahora cosas feas e innecesarias de vos”.

Sin embargo, las cosas feas ya habían llegado. Tras tacharlo de “fascista”, el secretario general Marcos Peña le exigió que se retractara y pidiera disculpas a los porteños. También le reclamó a Filmus que condenara las palabras de Fito Páez, como parte de una forma de condicionar a su adversario en el ballottage. El jefe del bloque PRO, Federico Pinedo, también utilizó la situación para reclamarle al candidato kirchnerista que abandone la pelea de la segunda vuelta: “El kirchnerismo en lugar de insultar a los porteños debería reconocer la derrota y bajarse del ballottage. Su nivel de intolerancia es inaceptable y peligroso”, twitteó el diputado macrista.

Filmus respondió, pero lejos de lo que le exigían sus adversarios. “Los intelectuales y los artistas pueden expresar sus opiniones libremente. Los políticos no nos podemos enojar con los ciudadanos si no nos apoyaron con el voto”, diferenció lo que piensa él de lo que –a su entender– tiene derecho a decir el cantante. “Hay que ser autocríticos para poder debatir proyectos e ideas para convencerlos y que nos acompañen. Pero de ninguna manera puede uno enojarse con los votantes”, señaló para los propios.

En tanto, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, estimó que las palabras de Páez fueron “una interpretación dolida” y no “un ninguneo”. “Quien escribe es alguien que no es un político, que no es un abonado (del gobierno nacional), que no es un paniaguado sino que es una persona con trayectoria artística y una obra”, indicó González.

“No lo interpreto como un ninguneo, es una interpretación dolida, como la de muchas de las personas que votamos el domingo”, sostuvo el intelectual. Algunos artistas se sumaron a la discusión con el PRO para defenderlo a Páez (ver aparte). “Ha escrito un texto valiente”, sostuvo Liliana Herrero. “Le agradezco la valentía y la dignidad”, se sumó Mariano Otero. “Estoy de acuerdo con la opinión de Fito”, subió la apuesta Peteco Carabajal. Si bien se diferenció en cuanto a su opinión sobre Macri, Andrés Calamaro planteó: “Por supuesto que banco a Fito, que escribió en caliente como alguna vez hacemos todos. No somos periodistas y decimos lo que pensamos”.

Más allá de la polémica, ¿por qué motivo las declaraciones de un cantante sobre la elección generaron tanta repercusión en los medios y en las redes sociales? “Me parece que las expresiones de Fito era lo que se esperaba como respuesta del kirchnerismo”, analizó Glenn Postolski, director de Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA). “Como esa respuesta no apareció en el debate político y sí apareció en la voz de un artista (que podría ser la voz de cualquier ciudadano que lo mire lejos del fervor político antiK), pusieron en esas palabras la metáfora de lo que odian del kirchnerismo: la supuesta crispación. Ellos querían que Filmus dijera algo parecido”, analizó Postolski, quien estimó: “Hay un sector artístico que apoya al modelo nacional y ellos no tienen artistas que digan que están con Macri. Así que esto les sirvió para crear una contrafigura. Lo que Fito Páez expresó, de una forma políticamente incorrecta, no fue un análisis político, sino una cuestión de desazón frente a una situación política”.

miércoles, julio 06, 2011

El nacionalismo popular y los Intelectuales


Por Aritz Recalde


“Yo sé que esto le parecerá muy poco a los grandes ideólogos revolucionarios de la intilligentzia; pero sé que este programita sencillo y de vuelo corto los tiene en contra cada vez que se intenta, porque, como he dicho en otra parte, preocupados por volar muy alto, le sacan la escalera al que quiere subir un poco con la complacencia de los que quieren que no subamos nada”. Arturo Jauretche[1]





El rol del intelectual en los países dependientes, es el de contribuir a la formación de la soberanía científico cultural y a la emancipación de las organizaciones libres del pueblo.

La soberanía científica y cultural es un elemento central de la independencia económica. De la posibilidad o no de consolidar la independencia económica, dependerá la soberanía o la subordinación política del país. Ningún Estado es soberano si es dependiente económicamente. A partir de acá, que la posibilidad de que la comunidad nacional se gobierne a si misma dependerá del nivel de desarrollo de su estructura productiva. Con la industrialización del país estamos afirmando políticamente a la nación o como estableció Juan José Hernández Arregui “sin industrialización no hay independencia económica base de la soberanía nacional. Y sin soberanía nacional no hay autonomía cultural. Tal tarea sólo puede cumplirla el Estado Nacional”[2]. En este marco, los intelectuales deben ser los protagonistas de la producción científica y cultural para el proyecto nacional. Los desafíos y necesidades del proyecto nacional, implican la planificación de la inversión en ciencia y tecnología y el apoyo a aquellas áreas fundamentales para el desarrollo integral del país. Es el proyecto nacional el que marca las tareas y los desafíos históricos al intelectual y no viceversa. La afirmación de la voluntad colectiva del pueblo como planificación del proyecto nacional, es el marco a partir del cual se organiza la acción del intelectual.


La segunda función del intelectual es la de contribuir a la emancipación y consolidación de las organizaciones libres del pueblo en cada contexto y momento histórico. Dicha función del intelectual implica abandonar los supuestos vanguardistas de la intilligentzia. Las tareas a cumplir, las discusiones y agendas a entablar, dependen del enemigo, del adversario y del momento y el alcance histórico de las luchas políticas en las que interviene. El modelo del “intelectual supercrítico”, libre e independiente, eterno decidor de verdades o inimpugnable cuestionador de dogmas, se ha demostrado más útil para las operaciones de prensa de las derechas mediáticas, que para las construcciones colectivas de poder. No existe “la verdad” y el supuesto de que se debe ejercer una tarea crítica permanente, es parcial y generalmente, insatisfactorio para la construcción política popular. No se trata de “criticar desde afuera” como un científico de laboratorio, sino de contribuir desde “dentro”, a la solidificación de las organizaciones libres del pueblo. Cada espacio, sea social, cultural o productivo, introduce las tareas, los interrogantes y los desafíos para la práctica intelectual. Dicho punto de vista reconoce la necesidad de bajar al barro de la política y las luchas sociales, abandonando el impoluto trono de los intelectuales cagatintas.

[1] Arturo Jauretche (2006). El Medio pelo en la sociedad argentina, Ed. Corregidor, Buenos Aires. P 325.
[2] Juan J. Hernández Arregui (1957). Imperialismo y cultura, Ed. Amerindia, Buenos Aires. p 326

sábado, julio 02, 2011

El despertar de Malvinas

Por Julia Cao *

Escribir sobre Malvinas es para mí una tarea compleja, aunque no irrealizable, no sólo por la calidad heteróclita de Malvinas como fenómeno, sino porque escribir sobre Malvinas no es escribir desde mí, sino sobre mí. Malvinas es un elemento constitutivo y primigenio de mi personalidad, por eso transitar sus caminos es transitar también los míos. Puedo hablar de Malvinas como argentina, pero no puedo dejar de hacerlo como hija.

Las líneas que en el mapa trazan los contornos de una Nación son delineadas a ígneo sello por la sangre de nuestros Héroes. Por eso, en los escarpados trazos que contornean sus suelos, deben leerse los nombres de los Héroes que han dejado su vida efectiva o potencialmente, en representación nuestra.

Tenemos la obligación como ciudadanos de la Patria de romper el silenciamiento que ha prevalecido durante veintinueve años. Vivimos en democracia, y podemos, -o bien, debemos- poner voces en este acallamiento, ya que no nos es una tarea denegada. Voces que traigan desde lo más profundo de sí, un golpe a la Memoria.

El cambio debe ser radical, absoluto. La vuelta de la Memoria debe ser violenta, como un despertar, que nunca es lento, sino abrupto. Es un golpe de conciencia. Una guerra librada contra nosotros mismos, donde el principal enemigo es el olvido.

Si se gana, la victoria es definitiva y tiene como recompensa la recuperación total de nuestro patrimonio identitario como Nación. Si se pierde, continuamos en ese estado semi- inconsciente de ignorancia y puerilidad.

La verdad no es sutil es definitiva, marcial y también, siempre gana.

Despertar a la Verdad es un acto voluntario. Por eso sabemos a conciencia absoluta, los que hemos decidido despertar, que Malvinas no fue una gesta inútil, sino, entre otras cosas, un paso decisivo en la restitución de nuestros derechos constitucionales.

Por eso, por Malvinas, “puedo hablar”. Y puedo hablar como Hija de la Democracia; también sabemos que los Héroes han de imponerse como lo que son, genuinos cristos redentores que han venido a salvarnos de la desmemoria, auténticos restitutores de nuestra Identidad, que como Nación y Patria, se escribe con mayúscula.

En este sentido, puedo sentirme afortunada también, porque estas palabras vienen a dar luz sobre la sombra de mi padre y puedo decirme, una Hija de la Patria.


*Julia Cao es estudiante de letras. Hija de Julio Rubén Cao, maestro, soldado, héroe caído en Malvinas el 14 de junio de 1982