viernes, noviembre 28, 2008

La respuesta a Feinmann que Página 12 no quiso publicar

por Rafael Cullen


José Luis Nell, Lucía Cullen y Carlos Mugica


Sr. Director:
En el suplemento especial sobre Peronismo, correspondiente a la edición del domingo 16 del corriente, bajo el subtítulo: “José Luis Nell del Policlínico al suicidio”, José Pablo Feinmann hace referencia a la trayectoria política de mi cuñado José Luis Nell y menciona a mi hermana Lucía Cullen .

Me considero con derecho a un acotado derecho a réplica frente a importantes omisiones que falsifican los hechos que se mencionan.
Feinmann afirma que muchos jóvenes expresaron su rechazo a lo establecido por medio del odio fascista. Cierto es que hay que engañarse mucho para creer que el odio fascista implica un rechazo a lo establecido. Menciona luego el racismo antisemita y la fascinación por la violencia y que existía en la mayoría de ellos una cuestión de clase; pertenecían en general a familias pudientes, los dueños de la tierra y de la patria.

A renglón seguido dice: La aparición espectacular de Tacuara, el que es considerado como “el primer operativo urbano de la guerrilla argentina” relata partes del asalto al Policlínico Bancario realizado en agosto de 1963 donde Nell mata a dos trabajadores al disparar su metralleta. Luego habla de la película “Operación Rosaura” que llevó al cine ese trágico suceso y afirma: A Nell se lo describe como “un muchacho provinciano, miembro de un grupo terrorista de ultraderecha”. Es Alfredo Alcón (…) los que hicieron la película estaban bien documentados. Veamos si esto es cierto.
Feinmann también dice que mi cuñado es caso excepcional de cambio político-ideológico pero no aporta nada para sustentar esa afirmación. Entonces queda establecido que puede ser un joven de familia dueña de tierras perteneciente a un grupo de ultraderecha. Ambas cosas son falsas.

José Luis Nell había nacido en una familia de baja clase media urbana. Sobre su trayectoria política ofrezco unos breves y parciales aportes hacia la verdad.
En primer lugar el asalto al Policlínico Bancario no fue hecho por la organización nazi-fascista Tacuara. Lo realizó un grupo expulsado de esa agrupación por troskistas y zurdos (según el relato de Nell) que se conformó como Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT). Este nuevo grupo, antes y después de ser detenidos o quedar clandestinos, mantuvo una estrecha relación política con el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) a través de Gustavo Rearte, co-fundador de la Juventud Peronista y un militante sindical y político (desde 1955 a 1973 cuando falleció), acusado varias veces como “comunista” dentro del peronismo (también relato de Nell e investigación propia). El programa del MRP (redactado por Rearte) planteaba entre otras muchas cosas que para que el Movimiento (Peronista) pueda cumplir el papel de conducción, de aglutinador que la clase trabajadora le impone, debe desprenderse de los elementos burgueses y reformistas que lo frenan y superarse. Además entre otras cosas se proponía construir la dirección revolucionaria que conduzca al proceso de liberación (…) (Baschetti Roberto Documentos….1955-1970 págs.319/323).
Por su parte el MNRT, en noviembre de 1964 difunde un documento donde -además de citar las críticas de Lotze a la teoría kantiana del conocimiento- se abordan cuestiones tales como: El Peronismo y la Teoría de la Vanguardia Revolucionaria - La “Vanguardia Revolucionaria” en un país semi-dependiente- Peronismo y Marxismo. La frase final de las “Conclusiones” dice: nadie que se diga marxista puede estar fuera del peronismo. (Baschetti opus cit. págs. 331/344).
De estas propuestas del MRP y del MNRT – en las que participó Nell- se puede discutir mucho su viabilidad o no; se podrá no acordar con ellas o no. Si debe reconocerse que no tienen nada en común con el fascismo y el nazismo.

Acerca de: La fascinación por la violencia que conllevaba una pasión por las armas . Escribe Feinmann en un imaginario diálogo con Nell. Hiciste fuego demasiado rápido, José Luis. Casi sin ton ni son escribe también.

Veamos el contexto histórico. Para algunos justifica y para otros no, pero aporta a entender como estaba planteada la lucha política desde 1955.
Los que no actuaron sin ton ni son y si tuvieron intención de matar fueron los aviadores el 16 de junio de 1955 y lo hicieron (400 o más, Chaves Gonzalo “La masacre de Plaza de Mayo”). ¿Los aviadores asesinos estaban fascinados por la violencia? No lo sé. Sí tenían claro sus objetivos. Efecto sicológico lo llamó uno de los ejecutores de la masacre (Néstor Noriega en Chaves p.22). Mario Amadeo dijo: Sin 16 de junio no hubiese habido 16 de septiembre (Chaves p.139).
También fueron intencionales los 27 asesinatos de 1956 (“Operación Masacre”Walsh, Rodolfo). Aramburu explicó con claridad la lógica de su orden de fusilar: implicaba (el movimiento de Valle) una grave subversión de la jerarquía y el orden militares. (Rouquié “Poder militar y sociedad política p.137). Muertes necesarias para el orden del Ejército, garante de la construcción de un nuevo orden social. Todas estas muertes estaban en la lógica de su objetivo político: demoler el Estado de Bienestar construido por el peronismo y “reorganizar” nuestra sociedad. Walsh se pregunta en su investigación por el ropaje liberal de los fascistas. Quiero que se me diga cual es la diferencia entre esta concepción de la justicia y la que produjo las cámaras de gas en el nazismo. Cuando se agotó el liberalismo siguieron Onganía, la Triple A y Videla y compañía.

Los trabajadores y luego los jóvenes que confrontaron con ese poder represor también tenían un objetivo político. Era vivir en una sociedad con niveles de justicia social por lo menos similares al primer peronismo. Eso no los hace impolutos ni inmunes a un análisis crítico riguroso. Posiblemente en Nell pervivían conductas o gestos de su adolescencia en Tacuara. En toda ruptura con un modelo social y con la ideología dominante hay continuidades y rupturas. Lo viejo no muere fácilmente y a lo nuevo le cuesta mucho nacer. Seguramente muchos se fascinaron con las armas que los acercaban al poder; y en algunos tal vez potenció lo peor de ellos. Pero afirmar que eran: Los chicos malos de las familias de guita es por lo menos falsificar sus objetivos. Aspiraban a una sociedad muy distinta a la fascista. Por lo que tenían otra lógica política. Aunque no fuese enteramente nueva. Como ha dicho un amigo de mi hermana no eran todavía lo nuevo pero sí lo mejor de lo viejo, o aspiraban a serlo.

Ni mi cuñado ni mi hermana consideraban un boludo, un gallina o un blando a un laburante que no se sumaba a la lucha armada como dice Feinmann en su diálogo imaginario con Nell (en realidad un monólogo arbitrario por falta de interlocutor). .
Creían de verdad que el barrio Comunicaciones (hoy villa 31), donde se casaron clandestinamente, (rodeados de villeros peronistas) iba a convertirse en un barrio decente y que el Hospital de Niños iba a estar en un hotel de la zona de Retiro. Rompieron con Montoneros, poco después de Ezeiza, cuando según ellos esa organización era un delirio (palabra que usó Lucía) y esperando que el Pacto Social de Perón funcionara pacíficamente.

Tampoco la parálisis total de José Luis y la desaparición de Lucía fueron producto de toda la mala suerte del mundo. El 20 de junio de 1973 fueron a Ezeiza al frente de la columna Sur de Montoneros con la ingenua intención de colocar sus banderas frente al palco (sin ninguna intención de coparlo) y el ataque desde allí fue el inicio organizado del disciplinamiento social que llevará a 1976 (“Ezeiza” Verbitsky, Horacio). Nell se suicidó en 1974.. En su decisión, junto a su parálisis y la imposibilidad de explicarse lo que sucedía en el país y en el peronismo, estuvieron presentes como tragedia las muertes del asalto al Políclinico El día de su entierro entre otras cosas me dijo mi hermana: Siempre me decía,”mirá como estamos y murió gente que nada que ver” y volvía sobre el Policlínico siempre. Me parece que le pesaba más que las (muertes) de los compañeros.

Lucía Cullen (según información que llegó a mi madre) fue secuestrada en venganza por los hechos en Ezeiza y por ser la mujer de Nell. Su secuestro (donde desvalijaron su casa), según el relato de uno de ellos, fue hecho por la custodia policial del ministro del Interior de los genocidas El militar que dio la orden de “zona liberada” para su secuestro fue o es el suegro de un dirigente justicialista. Tal vez por ello la causa donde están los nombres de los secuestradores permanece archivada. También esto debe formar parte de un debate político – ideológico pendiente que es difícil y complejo. Se lo debe nuestra sociedad si quiere avanzar. Hacia mayores niveles de convivencia. Pero para evitar injusticias con los ausentes debe hacerse con todos los elementos. En los diálogos imaginarios de Feinmann faltan muchos. Solo he tratado de representar a mi hermana y mi cuñado en ellos.

Rafael Cullen
rafael.cullen@speedy.com.ar
Buenos Aires, 17 de noviembre de 2008





Nota de hendrix: Lucía Cullen era estudiante de Trabajo Social. Había sido la colaboradora y amiga del padre Carlos Mugica con quien trabajaba en la Villa 31. Era viuda de José Luis Nell. Su padre había sido el titular de la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
El 22 de junio de 1976 una brigada operativa conducida por el jefe de la ayudantía, subcomisario Icely, y que incluía al entonces ministro del interior Harguindeguy, secuestró a Lucía en su domicilio de la calle Concepción Arenal. El área liberada fue gestionada por el oficial inspector de la Policía Federal Rodolfo Peregrino Fernández quien era el ayudante y custodio de Harguindeguy. Lucía fue llevada al CCD Omega, cerca del Camino de Cintura. Allí la llevaron al sótano donde la ataron de pies y manos a una cama sin colchón, totalmente desnuda, y la torturaron con picana eléctrica. Sus torturadores fueron Juan Carlos Falcón, apodado "Kung Fu" y el sargento primero Herrera, "Tortuga". (www.desaparecidos.org)

miércoles, noviembre 19, 2008

Destruir la memoria es atentar contra la democracia

por Norma Loto B.

Buenos Aires, noviembre (SEMlac).- En la ciudad que crecí -Termas de Río Hondo, Santiago del Estero-, hay quienes tienen un duelo eterno; en este momento viene a mi mente un relato de mi querida Ana Valentina Benjamín: "la falta de tumba confunde a la ubicación de nuestras almas"*.

Mi familia tiene ese duelo abismal y también tiene insatisfacción. José y Daniel, mis hermanos, llevan el horrendo mote de Desaparecidos y digo horrendo, porque discuto el trasfondo de esta palabra.
No tengo memoria de ellos, sólo algunas fotos en blanco y negro, porque yo apenas había nacido cuando pasaron a estar en ese estado que confunde: los habían matado o estaban escondidos, y en 1983 -tenía 10 años- imaginé que un día volverían del exilio.
Y en enero de 1984, mi hermana Silvia tuvo la espantosa (pero quizás premonitoria) pesadilla de encontrar a Daniel en un pozo.

En casa, todo el tiempo recordábamos a José y Daniel. Mi viejo los recordaba como: "los chicos" y me decía que yo era tan alta como ellos, aunque en realidad se equivocó, porque a los 15 se detuvo mi estirón.
El 24 de marzo de 2006, mi familia sintió levantar cabeza, porque finalmente considerábamos que ese pueblo, que durante años nos trató como parias, estaba inquieto por saber realmente: ¿qué, por qué, cuándo, quiénes?
Aquel 24 de marzo, inaugurábamos un modesto monumento en el parque Martín Miguel de Guemes, denominado Parque de la Memoria, donde se levantaba una escultura que los recordaba a ellos y a otros dos compañeros con el nombre de Ausencias.
Aquel día sentí que realmente había un intento de reconstruir la memoria. Recuerdo que aquel día mi familia caminó, por primera vez, por las calles de esa ciudad, acompañada por mucha gente que gritaba: NUNCA MÁS.

Tengo la postal de aquella jornada, Anita -mi hermana- caminaba con valentía y yo en medio de la fragilidad, que sólo lo puedo explicar con la impotencia. Tengo el recuerdo de haber mirado hacia un costado y ver a un compañero de la escuela primaria, que acompañaba los gritos de NUNCA. En ese momento recordé que durante años nosotras, mi hermana y yo, fuimos "las chicas raras".

Hoy, noviembre de 2008, el actual intendente, Luis Saleme, pretende matar la memoria. En el plan de reconstrucció n de ese parque hizo extraer la escultura. No sólo no mandó a colocarla nuevamente, sino que mis hermanas -el 12 de noviembre- la encontraron demolida en un basural.
Este ensañamiento lo imparte una autoridad elegida democráticamente. ¿Por qué destruir la memoria?, ¿Por qué este atropello? Me pregunto y no encuentro respuesta. El accionar de Luis Saleme es detestable.

A nuestras familias les faltan tumbas, quizás por eso siempre tenemos ese peregrinar lleno de insatisfacció n. En ese espacio destinado a la Memoria, nosotros, los familiares, teníamos un lugar simbólico para, al menos, intentar reacomodar nuestras vidas, inmersas durante años en interrogantes y ausencias.
La escultura está hecha añicos y, con esta acción, volvemos a desaparecer. Matar la memoria es ocultar la verdad y atentar contra los lineamientos de esta democracia.
No puedo explicar tanta indignación, y vuelvo a las líneas de mi amiga Ana Valentina Benjamín cuando siento que ellos, mis hermanos, "están en ninguna parte". En mi ciudad, Termas de Río Hondo, siempre estarán esos "cuerpos espectrales que caminan por las calles de la Lesa Humanidad"*.

El Parque de la Memoria recordaba a:
José Teodoro Loto Zurita, secuestrado el 8 de febrero de 1975
Daniel Roberto Loto Zurita, secuestrado el 25 de septiembre de 1976
Mario Ángel Ordoñez, secuestrado en la planta textil de grafa, en 1977
Francisco Ismael Serrano, secuestrado en el ingenio de Santa Lucía, Tucumán
.

(*) "El país de los sin tumbas", relato de Ana Valentina Benjamín

martes, noviembre 18, 2008

Nosotros, los militantes peronistas


por Alejandro Cicogna

Los peronistas somos seres hechos de una rara mezcla ideológica/ gastronómica.
Todos esos ancestros anarco/conservadores/troskos/ socialistas que tenemos, más la ingesta a través de varias décadas de toneladas de chorizos y chimichurri fueron diseñando un protagonista social homogéneo en pensamiento y paladar.

La lucha de clases, en Argentina, se ve fortalecida en el seno del Movimiento Peronista gracias a Perón, Evita, los Mártires y la unidad en la elección del menú (UEM) para acompañar nuestras reuniones y ritos.
Si en algo quedaron en descubierto Merdem y su pandilla fue por las porquerías que comían. Allí quedó definida su pertenencia. Bueno...tambié n Corach dando clases en Londres deja las cosas transparentes.
Los jóvenes universitarios, nobles, valientes y generosos que se sumaron a la lucha en los 70. Los queridos e inolvidables muchachos, incorporaron la empanada al rito de comer y hablar mal de los gorilas. Se agradece.
Pero la empanada, siempre que sea de carne claro, sólo puede ser el prolegómeno de la ingesta tradicional y dogmática del Choripán.

El asado, el vacío, los chinchulines y hasta las mollejas son aceptadas sólo si se necesita festejar algún logro electoral, la inauguración de una UB o el cierre de alguna lista donde los que quedaron afuera no sean los comensales.
La columna vertebral de toda esta historia revolucionaria peronista es la clase trabajadora junto a las clases medias esclarecidas. Alimentadas por las verdades inalterables de siempre y los miles de kilómetros de choripán que nos comimos.
Algún distraído o recién arribado a nuestras huestes podrá decir que me olvido de mencionar a la ensalada.

En todo caso debe sumergirse en la lectura de nuestra historia y entonces notará que la ensalada sólo se consumió y consume en la paz de la UB.
¿Por qué? seguirá interrogando el neófito con una insistencia digna de una fulmínea expulsión del movimiento o el retiro inmediato del sándwich.
Con infinita paciencia debemos contestarle que el choripán no sólo es un alimento popular, sino que su diseño práctico permite su fácil transporte en marchas. Tiene la ventaja de poder tomarse con solo una mano, mientras que con la otra se puede sostener el vaso de vino, la pancarta o el autodefensivo garrote.
Como se dará cuenta entonces el preguntón, la ensaladera no cumple esos requisitos. Al contrario, distrae a nuestros cumpas al tener que hacer equilibrio con ella para que no se les caiga.
Es una extenuante complicació n lavarla y ponerse de acuerdo en la cantidad de sal, aceite, etc y encima, como se condimenta mojada, queda horrible. Debe condimentarse la lechuga seca y para eso hace falta tiempo y eso no es posible en medio de un acto en la plaza o corriendo porque nos quieren garrotear los fachos.

Dentro del choripán la ensalada no va. Esto lo digo apoyado en más de 50 años de actos y movilizaciones.
Es un asco. La lechuga se mezcla con la grasa del chorizo, el chimichurri y en conbinacion con la cebolla queda un gusto asqueroso. Además se cae el tomate porque resbala, y enchastra a todo el mundo.
He visto peleas memorables y columnas enteras retirarse de los actos al comprobar que les habían metido la ensalada dentro del choripán.
La ensalada es para la mesa compartida de la UB y punto.
Pero ojo. No cualquier ensalada.
Lechuga, tomate colorado redondo y cebolla criolla. Nada de radicheta, berro, perita o verdeo, eso será bueno en Nápoles pero en el ispa la ensalada es peronista y es como dije al principio.

Alguno con ánimo conflictivo y distorsionador me dirá que es bueno innovar. Que vaya e innove la doctrina, la ideología, la conducción si quiere, pero que deje tranquila a la ensalada y voy a decir por qué.
La ensalada que debe acompañar al choripán debe ser una inteligente combinac ión de dulce, acido y fresco. No va la amarga radicheta, que vayan a un comité radical con eso. El verdeo es demasiado expansivo y ocupa todo el espacio gustativo, lo mismo el rabanito.
Me ha tocado presenciar verdaderas escenas de pánico cuando un viejo compañero arremetió con un tacho lleno de escarola, zanahoria y apio durante un asado/rosca. La concurrencia competía en dar absurdos pretextos para zafar de ingerir ese engendro. No pudo, incluso, consumarse la componenda en ciernes. Un desastre.

El chimichurri es otro tema delicado, crucial.
50% ajo, 40% aceite, 5% perejil, 3% ají molido y 2% sal, punto y a otra cosa. En esto no voy a transigir ni un milímetro en mis convicciones.
El que me venga con ingredientes como vino, albahaca, romero, pimentón!!!!! !!...por favor..., es posible que se lleve de mi parte una larga perorata por desviacionista.
Sin ir mas lejos, Antonio, el querido amigo y cumpa de tantos años, era en una época un gran asador. Era, porque después que fue a una escuela de cocineros vino con la novedad de que a las carnes hay que darlas vuelta varias veces durante la cocción.
La trágica educación que recibió en ese antro hizo que tuviéramos que comer muchas veces asados secos y fibrosos. Ojo, no sólo por la porquería de carne que compraba, sino porque rompió todas las reglas que durante siglos fueron establecidas por indios y gauchos de nuestro suelo patrio.

jueves, noviembre 13, 2008

Comunicado de Prensa: Basta de atentados


12/11/08 (APe).- Viviana tiene 22 años, es educadora en el Centro Belén de la Red El Encuentro de José C. Paz, cuya coordinadora es Ana Gravina. Estaba en la marcha hoy en La Plata para pronunciarse contra la baja de edad de imputabilidad de los chicos y contra el hambre que nos inventaron. Andaba entre las murgas los malabares y las risas despeinadas de los pibes. La secuestraron a las 3 de la tarde en Calle 6 y 50, una mujer y dos hombres -en plena marcha- mientras la custodia policial que era mucha, como siempre no vio, no supo, no responde.

Fue golpeada salvajemente, tajeada en las palmas de la mano, en los brazos, en el vientre y en los pies. Por amor a los pibes que están ahí. Que siguen ahí. Que son muchísimos. Que viven sus malas vidas en una larga tanda publicitaria que tiene distraído al resto de la sociedad. Viven como pueden y como están, como los hemos dejado: solos.

Viviana es una muchacha hermosa que todos los días despliega manteles en la mirada de los niños.

Para los que mutilan el prodigio de la vida el hambre no es un crimen. Denunciarlo sí.


Alberto Morlachetti
Coordinador Nacional
Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo

Para más información:
E-mail: chicosdelpueblo@pelotadetrapo.org.ar
Teléfonos: (011) 15-5327-4170 / 15-5647-3750 / 15-3161-1754 / 15-5326-5838

martes, noviembre 04, 2008

Una “pequeña estafa” del Canal 26

Este es un tema menor, pero me resultó tan divertido que no pude resistirme a postearlo.
Anoche, alrededor de las 23:30 (atenti, horario de Chubut), por una de esas cosas del ocio vacío, me puse a hacer zapping frente al televisor y caí en el Canal 26 donde transcurría sin gloria y con bastante pena un programita llamado “Jugá y Ganá”, conducido por una tal “Laura”, que aparentemente todas las noches “regala” dinero si acertás respuestas.
Nada nuevo. Por esa hora, justo una dama de la teleaudiencia acertaba a transformar la palabra “amor” en “rama”, y se adjudicaba la suma de $500.-

Hasta aquí, todo bien. Por supuesto, la ganancia del programa era que, para participar, el televidente debía llamar por su celular al “*XXXX” con un costo de $1,50 o bien enviar un mensaje de texto con la letra G con un costo de $0,50 aprox, dependiendo de la empresa de su móvil.

Con cierta piedad, observé que los minutos pasaban sin que ninguna llamada entrara. La joven y bonita conductora mascullaba tonterías frente a cámara, implorando aunque fuera UNA llamada y ofreciendo esta vez $800 al que lograra encontrar una palabra derivada de “volar”. Pensé para mí “nadie lo está viendo, pobre chica”. Luego de por lo menos cinco minutos (que en TV es una enormidad de tiempo), lapso que la señorita llenaba alternando sugerencias con mohines, pucheritos y larguísimos silencios, me compadecí y me dije “bueh, vamos a llamar, por lo menos compenso la vergüenza con 800 mangos, y la ayudo un poco para que no la echen a patadas”.

Soy un idiota inocente. Tomé mi celular y marqué. Surgió una alegre voz que me informaba: “La capital de Uruguay es Montevideo. Si es correcto, marque 1. Si es incorrecto, marque 2”. Sabiendo que estos programas necesitan hacer una pregunta de ese tipo para no ser considerados juegos de azar o algo así, marco 1 y la misma voz me comunica que “lamentablemente, no lograste ingresar al show. Intentá de nuevo enseguida”.

Caramba –pienso- ¿de golpe se congestionaron las líneas? Pero no. Frente a la cámara, la niña sigue implorando por un ganador. Ninguna llamada turba la quietud telefónica. Sigo observando. Quince minutos después (ya son casi las 24:00) todo sigue igual. Me digo “acá hay algo raro. ¿Somos o no somos periodistas? Vamos a gastar algo de plata”. Y llamo de nuevo. Esta vez, luego de la misma pregunta, la cortés recomendación fue: “estuviste a punto de ganar, seguí llamando”. Unos (veinte) minutos después, una única llamada entra y otra dama se lleva los $800, modificando la quinta palabra, “la más difícil”, según Laura.
Para no hacerla tan larga, les comento que a las 00:30 el “premio” para el que llamara ya ascendía a $1.200 y los teléfonos continuaban mudos. Yo ya había llamado tres veces más, y mis carcajadas atronaban tanto en la casa que mi esposa abandonó internet en la biblioteca para acercarse al dormitorio preocupada por mi salud mental.

“Laura” seguía rogando y animando a los televidentes a participar, manifestaba vergüenza y “no entender” lo que estaba pasando, y criticaba en cámara al productor del programa porque “te dije que este juego no entusiasma”. A la 01:00 de la madrugada, el “premio” había ascendido sucesivamente a $1.500, $1.800 y $ 2.000, pero, como es lógico, ninguna llamada entraba y nadie se lo llevaba. Mi esposa ya estaba preocupada porque yo insistía en gastar plata con mi celular, sin considerar que lo único importante para mí es que tenía mi nota de hoy a punto de caramelo. Durante la interminable hora transcurrida hasta las 02:00, Laura “se arriesgó” y subió el premio a $2.500. Durante ese tiempo, sugería indirectamente a los televidentes las respuestas correctas: “valor” por “volar”, “saber” por “besar” y “cuarta” por otra que no me acuerdo. Alternando su presencia con largos intervalos durante los cuales en la pantalla quedaba solo el tablero con las “palabras incógnita”, hasta había inventado frases astutas para ayudarnos a los estúpidos, como “el besar no ocupa lugar”, o “¿se acuerdan del gordo valer?” asistencia que complementaba con guiños cómplices.

Finalmente, menos de dos minutos antes de las 02:00 Laura anuncia triunfalmente que a los $2.500 se suma un “bonus” de $10.000 si el que se comunica acierta con la palabra y además contesta bien 5 de 7 preguntas en 45 segundos.
Mi mujer, que de esto sabe un montón, me anuncia: “ahora entra la llamada” y ¡milagro! la llamada entró. Laura atendió alborozada a un señor que desde luego acertó con la palabra pero no logró responder las 7 preguntas en los 15 segundos que le quedaron.

En fin, que yo tengo mi nota, y el Canal 26 (que llega a todo el país), debe embolsarse todas las noches un buen toquito de plata con el simple recurso de no dejar pasar las llamadas, contar con una excelente actriz que ostenta una cara de piedra y quizás (esto no puedo afirmarlo) tres empleados que simulan llamar y ganarse un premio.
Les recuerdo: la conductora es “Laura”, el programa se llama “Jugá y Ganá”, la productora es “Telemedia Argentina” y el canal es el 26. Saludos.

Enrique Gil Ibarra