Volverá y será millones…
Me encanta tener razón. Y anoche pude ver a nuestra no suficientemente ponderada heroína de la civilidad anunciando su (potencial) retorno a las lides electorales -si el pueblo así se lo exige, por supuesto- para garantizar la vigencia de la REPUBLICA.
¿Han observado que Lilita ya casi no habla de Democracia? Lo que le importa es la República. No desespero de escucharla en pocos meses citando a Alberdi (probablemente mal).
Nuestros “repúblicos” históricos han sido siempre conservadores (es decir, liberales). Siempre preocupados por la vigencia de los “valores” por sobre las “necesidades”. Defensores de la “libertad” mientras no sea “libertinaje”. De la democracia, mientras no les joda el bolsillo. De la moral, mientras las putas que se cojen sean las mujeres de otros.
A Lilita le pasa algo similar. Cuando era “nadie”, parecía (casi) de izquierda. Hoy, que se siente respaldada por “millones” de votantes, la hilacha se le despunta de la sotana blanca, y su auto promocionado cristianismo a la violeta se le ha perdido en los vericuetos de la globalización capitalista, porque ahora ya no le parecen injustas las injusticias del sistema con las que hace (tan pocos) años se llenaba la boca.
“Sin el ‘saqueo’ de boletas hubiéramos ganado”, dicen que dijo, y la mentira desvergonzada no la puso ni un poquito colorada, mientras protegían sus amplias espaldas próceres de la talla de Osvaldo Cortesi, Ricardo Urquiza, Alfonso Prat Gay y Patricia Bullrich.
Pero no se engañen, Carrió está convencida de que triunfará, por las buenas o por las malas. La ventaja de los “repúblicos” es que su ética personal les permite obviar nimiedades como las decisiones populares y afirmar muy sueltos de cuerpo que el gobierno que votó el pueblo “carece de legitimidad”. Vamos, que la democracia sólo es útil cuando nos da la razón a nosotros, y si no, pues lo que importa es la República, que casualmente somos también nosotros y no esos negros de mierda que no saben votar.
Lo que me asusta un poco es que si, hay que reconocer que la votaron demasiados para un pensamiento como ese. Lo que me consuela es que no, que no es lo mismo Hermes Binner que Patricia Bullrich, y que la gatería arrejuntada en la dirigencia de la “Coalición Cívica” ya empezó a mostrar las uñas.
¿Le surgirán apoyos externos? No me asombraría que, después de las internas del Partido Justicialista, los perdedores obligados (Menem, Rodríguez Saa, y los etcéteras), también descubran bruscamente su vocación “republicana”.
Después de todo, no puede ser casual que a nuestros recurrentes gorilas internos les hayan surgido solidarios apoyos electorales de “históricos dirigentes” del golpismo tucumano como el Dr. Pablo Roberto Calvetti: “Los republicanos y bussistas tenemos que votar al Dr. Alberto Rodríguez Saa porque es la única alternativa posible para sacar a los Montoneros del poder”.
En fin. Que como dirían los chinos, viviremos tiempos interesantes.
Enrique Gil Ibarra (noviembre del 2007)
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