martes, noviembre 17, 2009

El último uturunco

Reportaje a Julio Robles (que yo sepa, el último combatiente Uturunco vivo)


El 17 de noviembre se cumple un aniversario del retorno a la Argentina del General Juan Domingo Perón, en un ya lejano 1972.
Años signados por la dictadura del General Alejandro Agustín Lanusse, quien había declarado que “a Perón no le daba el cuero” para volver.
Desmintiendo esa afirmación, el jefe del movimiento de masas más importante de América Latina bajó del avión en Ezeiza, haciendo realidad la consigna enarbolada por la juventud de entonces: LUCHE Y VUELVE.
Finalizaban 17 años de un exilio forzado por diversas dictaduras militares, y gobiernos constitucionales, gobiernos legales que, sin embargo, no habían levantado las proscripciones y prohibiciones que operaban sobre el movimiento peronista y su conductor.
Desde la denominada Revolución Libertadora, en 1955, que prohibiera no solo al partido peronista, sus emblemas y la “marcha”, sino hasta la mención del nombre de Perón y reemplazándolo por el eufemismo “tirano prófugo” que usaban algunos medios de la época.
Fueron tiempos conflictivos para la Argentina. Un enorme sector de la población se sentía sin derecho a participar, opinar, decidir. En 1956, una contrarrevolución encabezada por el General Juan José Valle, que reclamaba el retorno de Perón, fue duramente reprimida y fusilados casi todos sus cabecillas.
En los años siguientes, poco a poco, en los barrios obreros, en las villas, pequeños grupos de trabajadores se organizaban, inicialmente sin contacto entre ellos. Nacía la Resistencia Peronista.
El 24 de diciembre de 1959 por la madrugada, un grupo de soldados irrumpió en la Jefatura de Policía de la ciudad de Frías en el límite entre Santiago del Estero y Catamarca.
El militar al mando declaró al oficial de policía que estaba a cargo:
-¡Soy el teniente coronel Puma! ¡Se ha declarado el Estado de Emergencia en todo el país!, ¡esta comisaría queda bajo custodia militar!
Los policías se entregaron sin ofrecer resistencia. Fueron despojados de sus uniformes, de sus armas y encerrados en los calabozos. Luego los integrantes del comando se dedicaron a cargar todas las armas y municiones que encontraron en el Jeep donde habían venido y una camioneta de la policía. En menos de quince minutos, habían abandonado el lugar.
Así se efectuó la primera acción guerrillera pública en la Argentina.
Sus protagonistas se bautizaron a sí mismos Los Uturuncos; eran santiagueños, tucumanos y porteños peronistas y creían que con su acción iniciaban un levantamiento general.
Durante el período de colonialismo hispano se conocía una leyenda, que hablaba de un hombre, un aborigen, que se transformaba en Puma, para combatir a los españoles que explotaban al "pueblo del puma". Esa leyenda, narrada en quichua, se llamaba Runa-Uturunco: "Hombre-Puma" (u hombre-tigre). Uturunco, pues, significa "puma". Félix Serravalle, el "comandante Puma", había convertido en un acróstico de guerra esa palabra: PUMA, significaba también, para los guerrilleros uturuncos, "Por Una Mejor Argentina".
En los meses anteriores, otras acciones menores, que no habían sido reivindicadas por el grupo, habían servido como preparación y entrenamiento de combate.
De esos Uturuncos (hombres puma) originales, muy pocos sobreviven. De los que subieron al monte tucumano, solo uno: se llama Julio Robles, vive en la provincia de Córdoba y hoy, 17 de noviembre del 2009, así me lo contó a mi:



Asi comenzaban las luchas de la resistencia peronista en esos años de proscripciones y dictaduras.
Después…. Vendrían las luchas obreras en los frigoríficos, los programas de La Falda y Huerta Grande, las 62 Organizaciones de Pie, la CGT de los Argentinos, hasta llegar, a través de esos 17 años, de nuevo donde empezamos:

Al 17 de noviembre de 1972, el día del militante. El dia en que (tal vez solamente para contrariar a Lanusse) a Perón le dio el cuero, y regresaba al país donde se haría cargo, meses mas tarde, de la presidencia de la Nación por tercera vez.

Enrique Gil Ibarra

7 Comentarios:

A la/s 8:58 p. m., noviembre 17, 2009, Blogger Alberto Angel dijo...

Imperdible documento, conmueve la modestia de Don Julio Robles.
Gracias Enrique.

 
A la/s 3:33 p. m., diciembre 28, 2009, Anonymous Dionisio dijo...

el peronismo es como un bello sueño despierta vigoroso con cada generación,gracias Gil Ibarra por el testimoniode los uturuncos,vivirán por siempre en la memoria de nuestro movimiento

 
A la/s 8:33 a. m., enero 21, 2010, Blogger reporte24.com.ar dijo...

Compañero, soy el hijo de un Uturunco (Alfredo Molisano = Faber), lo conozco a Julio Robles un gran compañero. Esta vivo todavia Enrique Oliva,Uturunco. leelo en www.reporte24.com.ar.
un saludaso y éxitos

 
A la/s 9:02 a. m., enero 21, 2010, Anonymous hendrix dijo...

Si, por supuesto, Enrique Oliva vive. En realidad, hice la diferencia porque Oliva no tuvo oportunidad de subir al monte (fue apresado antes)y por eso me pareció importante marcar la diferencia como un homenaje a Julio.

Saludos

 
A la/s 2:51 p. m., febrero 06, 2010, Anonymous Anónimo dijo...

nuy bueno el reportaje.Como puede ser que distintos luchadores que seguro dieron todo de sí,mueran en la extrema pobreza y no hayan tenido reconocimiento alguno de parte del partido que los parió.Si no hubiera sido por Ud. no sabía que habian existido los uturuncos.Gracias señor Gil Ibarra por esta lección de historia.
Ricardo

 
A la/s 11:24 p. m., febrero 22, 2010, Anonymous gran carlino dijo...

que bueno que es poder conocer la historia de la boca de sus propios protagonistas, el relato del compañero robles debería tener más difusión, quizás si se pudiera tener la posibilidad de reportearlo con imágenes, la historia alcanzaría la masividad y la difusión que merece.
por otra parte,supongo que al compañero julio robles no le alcanza con el reconocimiento moral, también merece un RECONOCIMIENTO ECONOMICO.HAY COMPAÑEROS QUE POR MUCHO MENOS TIENEN ASIGNACIONES. ESTÁN CONDENANDO AL COMPAÑERO ROBLES A VOLVER A PASAR LAS PRIVACIONES QUE VIVIÓ EN EL MONTE...

 
A la/s 4:51 p. m., marzo 02, 2010, Blogger Uturunco dijo...

Murió Enrique Oliva

Nos fuiste presentado por Alicia Eguren, esposa de J. W. Cooke, corría el año 1959. La columna Tucumana del comando 17 de Octubre se aprestaba a subir a los cerros del Cochina, la columna de porteños estábamos preparando un golpe para tomar el Escuadrón Alto Uruguay de Gendarmería. En ese momento te conocimos, nos sorprendiste gratamente con tus claros planteos políticos. Traías una larga experiencia de supervivencia en la montaña adquirida en tu Mendoza natal, una voluntad de hierro,…..y una ligera sonrisa que no te abandonaba ni al habar, era como una agradable mueca que se dibujaba en tu rostro, como señal de sinceridad y confianza. Quedamos impresionados por tus brillantes pensamientos, por tu sencillez y humildad, que es condición de los grandes. Los Uturuncos que integrábamos esa patriada, éramos casi en la totalidad simples trabajadores. La incorporación al grupo de tan ilustrado compañero, nos llenaba de orgullo y seguridad. Por razones operativas estuvimos separados, y nos reencontramos en San Miguel de Tucumán.
Marchábamos a la montaña, no íbamos en busca de la gloría, solo queríamos luchar por el regreso de Perón, para que continuara con la revolución iniciada en el 46. El largo brazo de los represores te tomó prisionero en plena subida al cerro. Estoicamente soportaste el martirio de la cárcel que los tribunales militares te aplicaron. Pero no hicieron mella en tu espíritu revolucionario ni el largo alejamiento de tus seres queridos, ni el impiadoso castigo aplicado. Toda tu vida fue una pasión al servicio de la justicia y de tus compañeros del norte, a quienes siempre, hasta al mas humilde recibiste con alegría y buscando siempre soluciones a los problemas que te planteaban. Se de todos tus títulos académicos, de los merecidos honores que recibiste como Rector Fundador de la Universidad del Comahue, como periodista y como escritor, pero por sobre todo también se de tu orgullo de haber pertenecido al grupo UTURUNCO, y que por esa pertenencia fue que jugaste tu vida y tu libertad.
Hasta siempre Comandante.

Y en los montes del Cochuna, a orillas de sus frescos arroyos, o en las profundidades y el silencio de sus quebradas, marcharás y reirás juntos a tus viejos compañeros como alguna vez lo soñaste…. Y tu alma será libre.-

Julio C. Robles
Tte. Mikel
GRUPO UTURUNCO

 

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