viernes, marzo 07, 2008

¿Día internacional de la mujer?

Transcribo textualmente:

“A quienes sé que podrán entenderme… (O el porqué no iré a un acto…)

En el día de la fecha, 4 de marzo de 2008, Titi, mi hija, me reenvió un correo de la Directora Provincial de Igualdad de Oportunidades, señora Claudia Prince en el cual informa que el 6 de marzo(o sea dentro de dos días) la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, cuya titular es la señora Sara Cobacho, realizará una actividad en conmemoración del día Internacional de la Mujer.
Asimismo solicitan que podamos enviar “alguna semblanza” (sic) de mi cuñada Cristina Bettanin “para incorporar a los fundamentos de la resolución que crea la distinción” que nos invitan a recibir en su nombre.
Dicha distinción sería otorgada a mi cuñada por “luchadora y mujer”.
Antes de tomar la decisión de escribir estas palabras, respiré hondo, cerré los ojos y me puse a conversar con mi extrañada Cristina.
Y pude verla, les juro, largando una de sus más hermosas carcajadas cuando le cuento que la van a homenajear por ser mujer. Y ella me pregunta, “pero Nené ¿se olvidaron que nosotras, mujeres peronistas y montoneras peleamos contra la oligarquía codo a codo con nuestros compañeros? ¿No saben que no nos perseguían por mujeres, que nos persiguieron, nos secuestraron, nos violaron, nos torturaron y nos mataron porque éramos militantes políticos y nuestro objetivo era la liberación nacional y social de nuestra Patria? Para ellos éramos el enemigo a exterminar y punto.”
Y me sigue preguntando “¿no van a decir que fui Oficial Montonera? ¿No van a contar que en casa funcionaba la imprenta del Evita Montonera?
¿Qué la ESMA allanó mi casa en Lanús después del enfrentamiento en Rosario el 2 de enero de 1977, y por eso trasladaron a Jaime, mi amor, desde la Jefatura de Policía de Rosario, torturado y golpeado a la ESMA y todavía hoy no nos hemos encontrado?
¿No van a contar que no traicioné, que preferí tomarme una pastilla de cianuro antes de caer viva en manos del enemigo?
Me reclama…“Nené, hablá por mí, vos que me tuviste en tus brazos hasta mi último suspiro de vida.”
Siento que la piel me quema, mi corazón late muy fuerte y prefiero abrir los ojos porque… ¿cómo carajo le cuento que “luchador” cuando no “víctima” son las nuevas palabras que utilizan para borrar nuestra historia? ¿Cómo carajo le cuento que se esconden detrás de nuestra maravillosa historia, y de la muerte de miles de compañeros, para justificar las políticas de exclusión más terribles, para ocultar la muerte de los pibes del pueblo por gatillo fácil, por paco, por hambre y desnutrición?
¿Cómo carajo le cuento de los hermanos envenenados por el cianuro de las mineras, de los inundados, de la oprobiosa acumulación de riqueza para algunos y la condena a la pobreza extrema para millones, de… , de…, de…¿cómo carajo le cuento de los “montoneros reciclados” haciendo patéticas volteretas para caer parados como los gatos?
Prefiero no contarle…
Sí le digo que el único y verdadero homenaje todavía está pendiente.
Será el día en que en nuestra Patria se haga realidad la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política.
Le digo que tenga la seguridad que su recuerdo más hermoso anida en el corazón de sus queridos negritos de Villa Jardín, que escribieron su nombre y el de Jaime en un mural a la entrada de la villa aún en plena dictadura militar; en el corazón de nosotros, su familia y en el de muchos compañeros, que por no estar dispuestos a sumarse a la comparsa, son ninguneados y perseguidos por los que roban nuestra historia.
Me despido de ella diciéndole que se quede tranquila.
Que a ese acto no voy a ir,…que se metan la distinción donde mejor les quepa.
Nené

Nota al pie de hendrix: Me pareció importante que este texto que me llegó por mail se conociera. Cristina Bettanin, junto a sus dos hermanos (Leonardo, oficial segundo, muerto en combate y Guillermo –“Memo”- aspirante, “desaparecido” en la comisaría de Tigre, provincia de Buenos Aires), fueron un ejemplo claro de cómo una familia entera puede luchar y morir por aquello en lo que cree.
No tuve una buena relación con Cristina, y las pocas veces que debimos cumplir alguna tarea juntos (tanto en el Diario Noticias –era fotógrafa- como fuera de él) no pudimos crear entre nosotros la cordialidad que hubiera sido deseable. Si bien ambos teníamos un carácter “fuerte”, posiblemente haya sido mi culpa, ya que interactuando con otros compañeros era una mujer dulce y contenedora.
Conmemorar el “día internacional de la mujer” con los criterios actuales parece una “concesión graciosa” que, por lo menos a mí, siempre me ha sonado como “el día del avestruz” o del “zorro colorado”. No dudo que habrá algunas compañeras que, indignadas por lo que escribo, me reprocharán no comprender que en la lucha por la igualdad existen pasos, etapas, momentos.
Sin embargo, aún comprendiéndolo, prefiero este texto que transcribo arriba.
Hubo una época, un lugar, un instante, en que unas (muchas) personas decidimos ser “seres humanos”, de una vez y para siempre. Algunos, como Cristina, lo lograron de golpe, en un último sacrificio de lealtad, de coraje, de solidaridad. Otros, todavía estamos intentando.
Quizás algún lector no comprenda qué tiene que ver “el día de la mujer” con la muerte de una oficial montonera. No es eso. Es que no importaba quién era mujer y quién hombre. No perdíamos ni un minuto en pensarlo. Caminábamos juntos, y ya.
Creo que no conocí a Nené, la cuñada de Cristina. La conozco ahora, es un ser humano.

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