Subí que te llevo
por Claudio Díaz
Es natural y hasta comprensible que Martín Caparrós, un tipo que empezó a callejear la militancia política desde muy joven, haya llegado a su medio siglo de vida con el caballo cansado. Esto de que el peronismo lo tiene harto ya le pasó a otros intelectuales.
Todavía se recuerda la lacrimógena despedida de Alvaro Abós, Alcira Argumedo y José Pablo Feinmann, entre tantos otros, cuando allá por 1985 decretaron la muerte del movimiento en una solicitada titulada Adiós, que disparó ventas récord de pañuelos descartables. (Es curioso cómo algunos hombres de letras se fatigan por seguir al peronismo mientras los trabajadores permanecen convencidos de que, con todas sus macanas y todos sus macaneadores, continúa siendo la única posibilidad de redención social de este país).
La pintoresca metáfora de Caparrós acerca de que el peronismo se asemeja a la línea de colectivo 60 es una buena excusa para subirnos a su planteo. Al análisis que hace no le faltan algunas razones.
Pero el problema es que él se asume como simple pasajero que pretende que lo lleven rapidito a su destino, y por supuesto: sentado en el mejor asiento. "Yo saqué mi boleto en el colectivo peronista y ahora quiero que me lleven al paraíso prometido…", podría decir mientras se acomoda el mostacho desordenado por el viento que entra a través de la ventanilla.
La diferencia quizá sea semántica: porque es el propio Caparrós quien gusta usar la comparación del colectivo. Justamente: algo que es de conjunto, de muchos.
Está bien que hay un chofer, un directorio que administra desde horarios hasta incorporación de nuevos servicios, pero –políticamente hablando- que a la línea elegida para llegar a la terminal de los sueños le bajen la bandera a cuadros es responsabilidad de todos.
¿Qué son, acaso, las revoluciones, sino la concreción del trayecto de realización común que se dan los pasajeros de este mundo?
Caparrós sabe perfectamente cuál es el recorrido original del peronismo.
Y sabe mucho más aún que su tránsito por la Argentina estuvo, está y estará lleno de obstáculos.
El peronismo no da tregua ni descanso y –para llegar a destino- es probable que tenga que recorrer millones de kilómetros más sin la seguridad de arribar al lugar indicado.
Es, en tanto Revolución Inconclusa, desgastante como el viaje de Constitución a Escobar que realizan esas cajas de zapatos amarillas de la metáfora caparrosiana. Pero de lo que no puede haber duda es de que todo el mundo sabe qué es el 60…
¿Por qué no tienen esa incertidumbre los dueños de otros medios de transporte (político) que a lo largo de 60 años fueron a sacarlo de la calle con todo tipo de métodos? ¿Por qué no vacilan los que –visto que la línea sigue rodando- intentan ponerle palos en las ruedas y romperla por dentro?
Por eso hay que meterse en la empresa. Que –se insiste- es colectiva. Salvo que a nuestro compañero de Crítica ahora le guste subirse a un remise o, mejor todavía, a una 4x4.
Que muchos choferes son impresentables, estamos de acuerdo.
Que la mayoría se desvía del camino trazado, también es cierto.
Pero es que ahora y aquí la construcción de un poder verdaderamente nacional y revolucionario difícilmente encuentre un camino recto que conduzca a la meta final sin que en ese tramo tengamos que sortear baches, hondazos del enemigo y semáforos en contra, en rojo, sincronizados con colonial precisión.
Para Caparrós no debería haber curvas, y es cuestión de ir a 100 por hora que no te dicen nada. Es de los que piensan que en la ruta Panamericana el único vehículo que hay es el del peronismo y que los demás te dejan pasar.
Y que hasta los dueños del peaje mundialista te levantan la barrera y los zorros grises te hacen guiños azules y blancos.
¿Sabés lo que es la calle (el mundo) Caparrós? Te tiran con lo que tienen, le ponen agua al combustible para fundirte el motor, te pinchan las gomas. Y encima parece que te olvidaste todo lo que costó recuperar desde que se murió el creador de la empresa y a miles de compañeros los tiraron a la banquina.
(Entre paréntesis…Ya habíamos escuchado, por boca de ¡Carrió! y ¡¡¡Stolbizer!!! , que el peronismo gobierna desde hace 20 años y el país es una villa miseria. Pero que lo digas vos…
¿Dónde ubicamos, entonces, al poder asfixiante del colonialismo, con todos los recursos de la presión económica, del terrorismo ideológico, del espionaje organizado, de la prensa canalla, de la acción de los partidos locales amaestrados por las fundaciones para asegurar la dominación y el control?
Decir que el país está hecho pelota por culpa de la idea peronista (de lo que es como modelo y doctrina) es casi lo mismo que otorgarle a Marx la culpabilidad del fracaso socialista soviético.
Y una más: ¿Perón es sólo un "general populista nacionalista macartista"? ¿No es macartista lo tuyo, negándole a su irrupción en la Argentina el carácter revolucionario que tuvo?)
Aun con muchos choferes de cuarta, el recorrido del peronismo sigue estando claro. Por eso hay millones de tipos que se siguen subiendo todas las mañanas. Y viajan colgados, les dan el asiento a las viejas… No están para nada cómodos con los que manejan, pero tienen la convicción de que el único colectivo que los puede llevar a una vida mejor es el peronismo.
¿Quién otro los va a llevar? ¿Los diferenciales, que te prometen aire acondicionado y dentro de poco HI FI, pero no entran ni al conurbano ni a las villas? ¿O los impresentables que se hacen los progres juntándose en cooperativas, aunque no sepan ni ponerlo en marcha?
Es una cuestión de supervivencia, de defender el único medio de transporte que nos queda. Si todos decidieran no subirse más al 60 porque vienen Duhalde, De la Sota o Barrionuevo, lo más probable es que la línea (de bandera, me animo a decir) desaparezca definitivamente o se la entreguen en concesión a los que justamente la tiraron al bombo para que la gente común se quede a pata.
¿Vos querés eso, Caparrós?
Bueno, entonces no salgas más a la calle, andate a vivir a una torre alta, altísima, donde veas a la gente en miniatura y no te llegue el sonido ambiente de los colectivos. Y con un vaso de whisky en la mano, y por qué no un habano, te sientes frente al plasma-tevé y aplaudas la lucha de los hermanos bolivianos o venezolanos, que allí sí todos los colectivos conducen a la revolución.
Qué paradoja: del país de los sueños colectivos y el 5x1 pasamos a la ficción del monopat "in" glamoroso y las 4x4. Y aunque hayamos entrado a un nuevo siglo, no hay que perder de vista que el hombre común sabe bien qué trole hay que tomar…
¿Vas a perderte la incomparable sensación de estar junto a otros compañeros y ver aparecer, al fondo del horizonte, la silueta del bondi que te viene a buscar, para llevarlos a todos a destino? Aunque no tuve la oportunidad de conocerte, me costaría creer que –si ya no aparecés más por la parada del 60- tal vez prefieras pedalear por las bicisendas de Macri o arrastrarte con patines como esos tilingos de la City. Dale, viejo, dejate de joder y pasá para el fondo, que en el asiento de cinco hay lugar. Subí que te llevo…
4 Comentarios:
Claudio:
Exelente tu nota... pero me parece que es gastar polvora en chimangos. El tipo este Caparron hace rato que no se afeita la espalda. Y la ultima que se mando fue avalar la teoria de los dos demonios en esa lamentable nota que escribio despues de la condena a Menendez.
Hace años ya que mira a la gente desde su torre. Pero alla él con su conciencia, lo unico que se me ocurre pensar es que es un quebrado y por egoismo, se habra soñado a si mismo como comandante o algo asi... como no le dio se dedica a hablar boludeces...
y que queres... su jefe va a actuar en un teatro de revistas!!
La tinelizacion tiene formas misteriosas!!
A lo mejor lo veremos a caparron conduciendo American Idol!!
Claudio: excelente tu nota. Evidentemente, a Don Caparrós SE LE QUEBRÓ LA VOLUNTAD.
Nolei la nota de Caparrós, pero este articulo es genial, invita al debate que es lo que falta
NELSON NOGAR
BORRADOR PARA CONTRIBUIR EN ALGUNAS CUESTIONES A LA CAUSA NACIONAL, POPULAR Y REVUCIONARIA.
CAMINO HACIA EL PLURALISMO
Hace muchos años que en la Argentina no existe una política basada en la defensa de los intereses Nacionales, que intente sobre todo no responder a los lineamientos de las metrópolis dominantes, sino por el contrarío instalar un modelo de crecimiento, desarrollo y distribución, aliado a los países latinoamericanos, en un esquema de Mercado común y de solidaridad continental.
Desde que somos República, nuestro país se divide entre quienes querían un País Federal, Autónomo e Independiente con desarrollo propio, y los sectores que eran permeables y socios de los intereses extranjeros, conformando un país chico para pocos, sin desarrollo, con una dependencia total de la oligarquía del puerto de Buenos Aires.
Tanto el Radicalismo, como el Peronismo, tuvieron su origen en esta confrontación.
Ninguna de estas identidades surgen de la nada, por el contrarío son consecuencia de los fenómenos sociales, que fueron generando su conformación y sus liderazgo. Está claro que tanto Irigoyen como Juan D. Perón supieron interpretar las circunstancias en sus distintos momentos, y ponerlos en práctica. Pero sus formaciones fueron posibles también gracias a las distintas fuerzas, agrupaciones políticas movimientos sociales, ya existentes, que ayudaron a su realización.
Nosotros en la actualidad, tenemos una situación parecida, a la de los años 46/50. Venimos de una profunda crisis, y producto de las puebladas, de los movimientos sociales, que fueron planteando su disconformidad, se fueron generando cambios en la política que nos llevaron a un nuevo liderazgo, con un gobierno de corte Nacional.
Es lógico pensar que la oposición a este gobierno resulte de los sectores, ideológicos y económicos, que representan a grupos ligados a intereses extranjeros basados en el libertinaje económico -a la hora de administrar los recursos de gente, y en la monopolización en sus propias manos de las áreas estratégicas de la economía.
Por lo tanto, la contradicción, Radicalismo o Peronismo, no solo muestra que es una contradicción falsa, sino que desaparece. Hoy un vecino, Peronista ya no se pelea con un vecino Radical, sino que marchan juntos con los mismos problemas, y sobre todo, con las nuevas generaciones.
Esto se ve claro, no desde la partidocracia formal y aparatista, que intentó conducir o administrar el país estos años, sino desde la identidad. Nadie le va a negar la identidad a nadie, porque vaya en una herramienta electoral compartida, con los mismos objetivos, acumulando poder, para permitir consolidar el modelo planteado por el gobierno Nacional.
En este nuevo siglo nos encontramos ante la posibilidad que el enemigo principal se exprese democráticamente con su propio partido
Con referentes reconocidos, con un discurso moderno adaptado a nuestros días. Esto no ocurría desde hace casi 100 años. Esto es bueno.
También nos va ayudar reflexionar sobre la construcción de nuestra propia herramienta y sobre la forma de hacer política.
Los que creemos en el proyecto Nacional, de producción, desarrollo y distribución de los ingresos debemos saber que pertenecemos al espacio de las mayorías, que no es homogéneo, sino por el contrario es heterogéneo, y por lo tanto compartido. En los espacios compartidos no se permiten personalismos a no ser que verdaderamente sean hegemónicos en su representatividad social.
La hegemonía, normalmente, muestra a un gran líder, a un referente claro, que representa el cambio que busca la sociedad en su conjunto, por lo menos a los habitantes del campo de la Nación.
VALE RECORDAR LA DEFINICIÓN DE GRAMSCI “…… La clase dominante ejerce su hegemonía en cuanto que sabe realizar y mantener un bloque histórico de fuerzas sociales y políticas contradictorias [...] unidas sólo por la ideología. La hegemonía es, por tanto, obra de la dirección política y, al mismo tiempo, dirección al nivel de las ideas, dirección cultural. [...] Mientras las clases populares se mantengan en una posición subalterna, no podrán contraponer a las clases dominantes un designio político propio y una propia concepción del mundo….”
Este gobierno Nacional, ha logrado gobernar conjuntamente con varios sectores, sociales y políticos, en estos cuatro años. Por lo tanto es lógico que el armado electoral, para las elecciones venideras se comparta con estos mismos sectores. Porque de esta manera estaríamos construyendo en la práctica lo que hacemos todos los días.
La provincia de Buenos Aires tiene la característica, de ser demasiado peculiar como región. Intentar armonizar toda la provincia con el mismo criterio sería un gran error. Es posible que el peronismo, en algunos distritos, tenga una abrumadora mayoría de votos; pero también ocurre, que en otros distritos, pasa lo contrarío.
Lo que determina que, en los armados de los espacios compartidos, habría que reconocer la correlación de fuerzas social y políticas de cada región. Y no tratar de aprovechar las posibilidades de la relación con el poder, para pretender modificarlas por antojo personal de ningún NEPOTISTA.
Esto atentaría contra los intereses, del distrito y de la Nación. Y sólo serviría a las pretensiones personales de algún individuo o sector.
Nosotros como PERONISTAS, entendemos que la PLURALIDAD es no sólo una necesidad, sino una obligación. Pensamos que los compañeros comprometidos seriamente con el modelo estratégico deberían tener una actitud de JERARQUIA, que muestre grandeza y humildad, como tuvieron tantos compañeros, perseguidos y desaparecidos. Y no que aparezcan, con jugadas electoralistas que manifiestan personalismo, sectarismo y mezquindad, totalmente lo contrarío de lo que expresan las historias de nuestro espacio político. Una retórica vergonzante nos hundiría en las garras de viejos y nuevos aparatos. En homenaje a los caídos tenemos la obligación de construir algo superador.
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