martes, marzo 11, 2008

11 de marzo/1973 "Si Evita viviera...


En noviembre de 1972, Perón desembarca en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza-Argentina. La consigna: “A Perón le sobra el cuero, como a todo Montonero”. En la residencia de Perón, en la calle Gaspar Campos (Olivos, conurbano bonaerense), nadie puede dormir. Durante todo el día y toda la noche, decenas de miles de jóvenes cantan, corean consignas, baten los parches de los bombos peronistas: “Si Evita viviera, sería Montonera”; “Perón, Evita, la patria socialista”; “Aquí están, estos son, los soldados de Perón”.
De todas maneras, y como la ley es la ley, Perón no puede ser candidato. Se hace una reunión con las principales fuerzas políticas y se acuerda que lo principal es el retorno a la democracia. En el restaurante Nino (Vicente López, provincia de Buenos Aires), como el Partido Peronista no existe legalmente, se crea el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI). Candidato: Héctor Cámpora, odontólogo, delegado de Perón durante parte de su exilio en Puerta de Hierro - España.
Lanusse, desesperado, inventa un partido militar “para pacificar el país” que denomina Gran Acuerdo Nacional (GAN) y pone de candidato a un empresario culto y refinado: Ezequiel Martínez. El slogan de campaña: “Ezequiel Martínez, el Presidente joven”. Ni lerda ni perezosa, la imaginería popular le agrega inmediatamente: “y puto”. Lanusse implementa el sistema de ballotagge: para ganar, hay que sacar mas del 50% de los votos. De lo contrario, una segunda vuelta. Imagina reeditar así una coalición de opositores a Perón como la Unión Democrática del 52.
El 11 de marzo de 1973, con la consigna “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, la democracia vuelve a Argentina. Cámpora, delegado de Perón, gana las elecciones con el 52%. No hay segunda vuelta. El peronismo es gobierno otra vez. Pero Perón está viejo. Tiene más de setenta años, y sufre graves enfermedades. “Un león herbívoro” lo denomina alguien.
. El 25 de Mayo asume Cámpora. El país es una fiesta. La casa de gobierno es tomada a presión por los cuadros (militantes) montoneros, que echan a patadas a los milicos. La Plaza de Mayo se llena de nuevo. La columna sur de Montoneros ingresa a la plaza por la Avenida Diagonal Norte, enarbolando la bandera argentina y la Estrella Federal. La ovación de decenas de miles de gargantas resuena inconmensurable. En el barrio de Devoto, donde se encuentra (se encontraba) la cárcel de la ciudad de Buenos Aires, miles de compañeros exigen la liberación de los militantes populares encarcelados por la dictadura. De urgencia, se reúne el Congreso Nacional. La Ley que se aprueba por unanimidad determina la inmediata libertad de los “combatientes populares”.
Las puertas de Devoto se abren. Los compañeros salen. Hay disturbios. La policía reprime. Mueren baleados cuatro militantes. Inmediatamente, la prensa reaccionaria comienza a atacar al nuevo gobierno, acusándolo de “descontrol”. Algo de cierto hay.
Las internas políticas se suceden. Los sectores “nacionalistas” del peronismo se oponen a esta “invasión de zurditos disfrazados de peronistas”. Exigen que las “formaciones especiales” se disuelvan.
Por último, lo real es que el pueblo quiere que Perón sea el Presidente. Cámpora renuncia menos de tres meses después. Asume Raúl Lastiri, presidente de la Cámara de Diputados y convoca a elecciones. La Juventud Peronista (JP) que responde a Montoneros, propone la fórmula: Perón-Cámpora. Los sectores sindicales, apoyados por el entorno más reaccionario que está cercano a Perón contraoferta: Perón-Perón, aludiendo a la segunda esposa del General, María Estela Martínez de Perón (nom de guerre: Isabel). Esta es la variante que triunfa.
Nuevas elecciones: Perón gana con 7.381.249 votos sobre 12.077.422 votantes: el 61,85%.
“No hay segunda vuelta. El peronismo es gobierno otra vez. Pero Perón está viejo. Tiene más de setenta años, y sufre graves enfermedades. 'Un león herbívoro' lo denomina alguien.”
Perón muere el 1 de julio de 1974. Isabel, su mujer, queda a cargo del gobierno, auxiliada por su secretario privado, mentalista, umbanda, ex-cabo y ahora Comisario General de la Policía Federal, José López Rega, quien de pronto es Ministro de Bienestar Social.
La guerra es inminente. La soberbia de la juventud militante, los excesos de la derecha sindical, los despropósitos económicos del gobierno, sumados a otros múltiples factores, aceleraron el desgaste. El 24 de marzo de 1976, el Teniente General Jorge Rafael Videla, el Almirante Emilio Eduardo Massera y el Brigadier Orlando Ramón Agosti encabezaron un golpe militar que se convertiría en la dictadura más sangrienta de la historia de mi país.
Pero esa, como se dice en los cuentos, es otra historia.

Enrique Gil Ibarra / fragmento de "Paredón y después" - 2001

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