lunes, abril 06, 2009

La muerte y los medios

Por Eduardo Rosa

Esta vez, la inflación benefició a Raúl Alfonsín (o “ la Muerte te sienta bien”)

En Buenos Aires Viceversa, una película dirigida por Alejandro Agresti, Mirta Busnelli encarna el personaje de una mujer separada de su pareja, ( Lorenzo Quinteros ) quien trabaja de presentador del noticiero televisivo del mediodía. Durante el relato de la historia, ella, quien no se resigna haberlo perdido, almuerza cotidianamente frente al televisor, para poder estar con su ex, aunque más no sea en forma virtual. En esas escenas conversa, le da de comer, lo cela con la presentadora del pronostico, pero siempre le cree, a rajatabla, todo lo que él dice en pantalla. Mientras, su vida no avanza por otros senderos, ya que se encuentra virtualmente coptada por esa idealización de pareja con su electrodoméstico. Incluso, llega a desesperarse el día que su aparato falla, y llama a un técnico con la angustia de quien espera la ambulancia.

El día que logra liberarse del maleficio es aquel en que su pareja virtual relata un episodio del que ella fue testigo presencial, y nota que lo que se dice en la tele dista mucho de ser lo que en realidad pasó.

Hoy me pasa algo parecido.

Lamenté profundamente la muerte de Raúl Alfonsín. No soy radical, ni nunca lo voté. Posiblemente no lo hubiese hecho. Pero siempre tuve muchísimo respeto por aquella persona que supo interpretar las necesidades de un pueblo que salía de la oscuridad del proceso, y que lamentablemente los dirigentes del peronismo no lograron ver.

Alfonsín fue el primer gobierno democrático completo que me tocó vivir. Y que creo lo hizo con muchísima humildad e hidalguía.

Alfonsín tenía valores que hoy son poco frecuentes, que escasean.

Alfonsín fue uno de los últimos políticos con jerarquía que practicaba la militancia permanentemente. Y era un enamorado de sus ideales y defensor de las instituciones y del sistema de partidos. También debe haber tenido su encanto seductor, ya que conozco muchas mujeres que le rinden admiración continua.

Y tuvo, como han tenido todos, aciertos y errores.

Hasta ahí. Se fue un ex presidente. Se fué un gran dirigente de un gran partido.

Luego viene la inflación. Luego vienen los medios.

Luego vienen los intereses, los mensajes cruzados, las ventajas, los discursos velados.

No sé que hubiese pasado si la muerte de Alfonsín se producía en 2004, con el kirchnerismo en su apogeo, el país rebotando de la crisis y todos sus índices para arriba, el radicalismo avergonzado escondiéndose en los rincones, la alianza en decadencia y en retirada, intentando reubicarse como pueda.

Los mensajes, la concurrencia, las lágrimas... hubiesen sido las mismas?

El llanto de ayer era todo por la muerte de Don Raúl o alguno estaba dirigido hacia Doña Cristina?

La verdad es que sentí que las cámaras enfocaban exageradamente a las lágrimas...y eso, en tele, es como poner el titulo en letra mas grande que la habitual...

Sentí que se armó un show que era maldito, pues si bien nos parecía exagerado, no podíamos dejar de estar, so pena de ser culpados o excomulgados mediáticamente.

Aún en estas líneas me veo obligado a aclarar que la muerte de Alfonsín me dio tristeza, no vaya a ser cosa....

Luego vienen los títulos, los honores.

Llega el “padre de la democracia”, título que le adjudica todos los meritos de la lucha de un pueblo contra la dictadura.

Eclipsa este título la resistencia peronista, la lucha de las madres y abuelas, mayoritariamente con hijos peronistas, el trabajo de la multipartidaria, la inmolación de los caídos en Malvinas y tantas otras cosas que contribuyeron con la restitución de la democracia.

Lo cierto es que me entero que teníamos un padre, por lo que no debemos ser muy buenos hijos, ya que hasta la semana pasada no le hacíamos ni un llamado para las fiestas...

Como Mirta Busnelli, vemos como los medios cuentan la historia que sabemos, pero a medias, inventando partes, deformando la realidad.

Como Lorenzo Quinteros, los medios, seguramente alimentados por algunos actores secundarios de esta película, nos inventan un héroe en un ratito, pues ya que no somos capaces de hacer nuestra realidad, nos inventamos nuestra fantasía.

Vengo de una familia donde la revisión de la historia era parte de nuestra idiosincrasia.

Si somos testigos de la inflación de un buen hombre para transformarlo en casi prócer, déjenme dudar entonces de todos aquellos hombres de nuestra patria que conocimos a través de las figuritas del Billiken.

El día que como sociedad nos demos cuenta que los medios no son la voz de la verdad, seguramente como Mirta Busnelli podremos rehacer nuestro país.

Fuente: El Ortiba (www.elortiba.org)

1 Comentarios:

A la/s 3:51 p. m., abril 07, 2009, Anonymous Sebastian dijo...

Pasara lo mismo cuando muera Kirchner?

Buen relato, realmente nos acordamos solo de lo que el noticiero quiere que recordemos...

 

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