martes, marzo 17, 2009

La Marcha de la Muerte

Mañana (miércoles 18) se realizará en Buenos Aires una marcha que confluirá en la Plaza de Mayo. Los manifestantes exigirán al gobierno “más seguridad” y “más justicia”.
Sin embargo, todos los que queremos saberlo comprendemos que este reclamo es “pour la galerie”. La convocante es Constanza Guglielmi, ex asesora de Blumberg y conocida reivindicadora de la dictadura militar. No es relevante que sea hija del general Alejandro Guglielmi, acusado por su participación durante la dictadura en el centro de detención clandestino conocido como “El Campito”, porque los hijos no tienen por qué cargar con las acciones de sus padres. Claro, a menos que las compartan.
Lo que verdaderamente se reclamará mañana es la pena de muerte. Y de paso, reinstalar en la sociedad el concepto de que “con los militares estábamos mejor”.
Pavada de objetivo.

Como mencioné en una nota reciente (Tu quoque, Bruto), las estadísticas demuestran que esta mentada inseguridad, si bien existe, no es el Apocalipsis que toda la oposición (incluyo a Cobos, Carrió, Macri, De Narváez, Stolbizer, Solá y etcéteras menores), ayudados por la tilinguería televisiva y mediática intenta hacernos creer, sino una realidad muy preocupante pero aún controlable.

Qué dicen las cifras

Para evitar suspicacias, no utilizaremos las estadísticas argentinas, sino las de la ONU. De esta manera, anularemos la previsible objeción de que los maquiavélicos Kirchner las trucharon para engañarnos a todos. (Claro que siempre habrá algún conspirativo que insista en que la ONU forma parte de un plan sinárquico internacional pergeñado específicamente para cagarnos la vida a los argentinos y que también está a sueldo del progresismo judeo-masónico. En fin).

Estas son las cifras de homicidios intencionales en Sud América, con base 1/100.000 habitantes:

Promedios Mínimo Máximo



Como vemos, la Argentina se ubica en uno de los lugares con menor tasa promedio de muertes intencionales entre los países sudamericanos, con un coeficiente de 5,4/100.000 habitantes, lo que representa aproximadamente 2.100 muertes por año.
Son demasiadas, por supuesto. Una muerte es demasiado y nadie puede discutir esto. Pero están sin duda muy lejos de las cifras de otros países, inclusive desarrollados. Sin ir más lejos, la meca-paraíso de muchos de los que protestarán mañana, los Estados Unidos de Norteamérica, tiene un coeficiente promedio superior al nuestro: 5,7/100.000.
Desde luego sería mucho mejor acercarnos a las estadísticas españolas (1,3/100.000 hab.) o italianas (1,1/100.000 hab.). Pero por ahora eso es un simple sueño.

“El que mata debe morir”

Decir esto parece fácil. Hasta podríamos aceptar que parece justo. El argumento común de todos los que plantean algo similar es que “no somos responsables de lo que pasa”, “no tenemos la culpa” y “no se puede seguir justificando al que mata diciendo que es pobre y que tuvo una mala infancia”. Es cierto que los individuos, como tales, no tienen “la culpa”. Es cierto que la justificación ante una muerte no es posible. Pero no es cierto que, como sociedad, no seamos “responsables” de lo que ocurre. Todos lo somos. Los ricos, los más o menos y los pobres. Por indiferencia, negligencia, necedad y omisión. Imagino -a esta altura de la nota- escuchar las protestas indignadas: “yo no soy responsable de nada, yo me gané la plata trabajando y rompiéndome el culo honestamente”.
Si, está bien, eso posiblemente sea cierto.
Pero el quid no está en la cantidad de plata que uno tenga, o cómo la ganó, sino en la actitud: "Cuando voy en mi auto importado no me gusta bajar el vidrio polarizado y ver tanta miseria por las calles en Argentina", dijo en el 2007 Moria Casán, que tiene mucho dinero y se lo ganó honestamente trabajando de vedette. La misma actitud que tal vez un empleado de cuarta adopta con un cartonero: “y ese negro de mierda ¿porqué no va a trabajar?”.
Lo que no se comprende es que una sociedad existe como comunidad viable porque acepta un “pacto de convivencia tácito”. La sociedad (todos nosotros) subsidia con los impuestos educación y salud, y proporciona los medios como mínimo suficientes para que el individuo (todos nosotros) se provea de trabajo, alimentación, vestido, etc. A muy grandes rasgos, así funciona el capitalismo, nos guste o no.

Una sociedad sin pactos

El tema es que en los 80, la globalización hizo estallar esos "pactos de convivencia". Eso generó, como todos podemos recordar, una híper exclusión que añadió a las clases sociales una división horizontal entre "incluidos" y "excluidos". Hasta ese momento, existía cuando menos un "concepto de posibilidad" en el trabajador no especializado; una esperanza (aunque fuera pequeña) de mejora posible. A partir de allí eso se eliminó. Los hijos del que quedó afuera nacieron y crecieron "sabiendo" que nunca podrían volver a ingresar. Para esos hijos, que hoy tienen entre 20 y 30 años, no hay pactos ni acuerdos de convivencia, ni siquiera mínimos. Para ellos, la sociedad es un abismo extraño y sus miembros, los que están “adentro”, son como otra especie, otra raza. Esos hijos de la exclusión son indiferentes al mero concepto social. En el mejor de los casos, no te registran; en el peor, sos un enemigo irreconciliable.
En ese marco de quiebre, todo aquel que no es “muy pobre" está del otro lado. Si tiene algo, lo que sea, puede ser robado, o asesinado, porque "tiene lo que yo no tengo". No hay aquí consideraciones éticas, porque no puede tener ética social (comunitaria) aquel que no reconoce lo social como un valor. Entonces, nos encontramos con una realidad que nos golpea: ahora muchos jóvenes que matan, matan porque no les preocupa morir, ni vivir. Morir, para ellos, es un incidente, un acontecimiento menor y muy probable, al que se han acostumbrado desde pequeños.
Se me dirá: “Bueno, si es así, entonces démosles el gusto y solucionado el problema”.
Pero no es así. Porque la enfermedad, ese “extrañamiento” social no radica en los individuos que matáramos hoy, sino en los que siguen creciendo y naciendo todos los días en el mismo marco incontinente.
Si la sociedad argentina no reconstruye los pactos, el problema no tiene solución y por supuesto continuará agravándose.

Comprender no es justificar

La reacción de las clases media y alta -y hasta de buena parte de los sectores trabajadores más humildes- cuando se intenta explicar el porqué algunos de estos “hijos de la miseria” se comportan de esta manera, consiste básicamente en una explosión indignada: “¡No vas a justificar a esos asesinos hijos de puta!”
No, por supuesto. Lo que considero necesario es comprender, aunque no justifique. Porque si no comprendemos, no podemos buscar soluciones; sin soluciones, el miedo nos domina hasta la necedad y surge la frase irredimible “roban y matan porque son vagos y asesinos, hay que matarlos a todos”.
Para comprender, hay que sacudirse también el clásico ejemplo personal: “mirá, mi vieja también se quedó sola y sin plata cuando éramos chicos, pero ella salió a laburar y nosotros no somos chorros ni asesinos”.
Sin cuestionar la potencial verdad de esa afirmación, podríamos argumentar que la posición social, económica y cultural desde la que se parte da ventajas, y también las quita.
Para no retrotraernos a las estadísticas de los 80, utilicemos las del año pasado. En el primer semestre del 2008, había en la Argentina, según el INDEC (para que nadie diga que las cifras están aumentadas) un 11,9 % de hogares bajo la línea de pobreza. Esto representa más de 7.000.000 de habitantes. Pero no hablemos de pobreza, sino de indigencia: 3,8% de hogares, 5,1% de personas. Nada menos que 2.000.000 de habitantes* sin acceso a necesidades básicas como el alimento, el vestido o la vivienda. De ellos, el 14,3% (286.000) son menores que nacieron en esa condición. ¿Podemos asombrarnos que –supongamos- un 10% (28.000 menores) pudieran elegir robar? ¿Y si suponemos que un 1% (2.800) se decidiera a matar? Pues tal vez sea coincidencia, pero en el 2005 la cantidad de homicidios fue de 2.115 en todo el país y los menores no cometieron ni la mitad (sin embargo, también se pretende bajar la edad de imputabilidad).
Es decir que, cuando criminalizamos la pobreza, estamos hablando de considerar sospechosos a 7.000.000 de compatriotas por ese 0,03% que realmente consumó un homicidio.

Patear la pelota afuera

Exigir la pena de muerte no es otra cosa que patear la pelota afuera. Es pedirle al Estado (a “otro”) que oficie como verdugo mientras nos permite mantener limpias nuestras manos. Podría sugerir una ley que plantee la pena de muerte si (y sólo si) luego de una condena firme, ésta es ejecutada por las propias manos del damnificado directo o su familiar más próximo. Y lo sugeriría tranquilo, porque estoy convencido de que el 99% de los que gritarán mañana en la Plaza retrocederían horrorizados ante esa posibilidad.
No es función del Estado matar a los ciudadanos. Ninguna enfermedad se cura matando al enfermo, y la criminalidad no es otra cosa que una enfermedad social que compartimos todos pero se manifiesta en los individuos más vulnerables, sea ésta una vulnerabilidad económica, cultural o psicológica.
Si no fuera así, que alguien más inteligente me explique porqué nuestro promedio de accidentes de tránsito alcanza desde hace una década las 7.500 muertes anuales (3,4 veces la cantidad anual de homicidios), sin que se convoquen marchas contra esa inseguridad, ocasionada por automovilistas no delincuentes pero que evidentemente causa muchas más víctimas. ¿Será porque buena parte de la clase media tiene automóvil?

Esta es una marcha de la muerte porque ninguno de los que participará se pregunta hasta que punto su propia indiferencia, su aceptación tácita o explícita del “sálvese quien pueda” que se instauró hace décadas en nuestro país, ha colaborado en producir esta situación. Para el argentino promedio, la culpa es siempre del “otro”. Y ninguno de ellos está dispuesto tampoco a admitir que una redistribución de la riqueza es la única fórmula viable para comenzar a solucionarla hacia el futuro, unida a la resocialización efectiva en el presente.
Su propuesta superadora, como la de la dictadura, es matar al que les molesta. Y no es casualidad. Así como para Dorian Gray la visión de su imagen en el cuadro era insoportable, todos ellos, con el rabillo del ojo, visualizan un espejo oscuro, personal y miserable que podría mostrarles su deformidad si se atrevieran a mirarlo de frente.

Enrique Gil Ibarra


* Tomamos una base total país de 40 millones para no exagerar, y redondeamos las cifras, siempre en contra de nuestra tesis.

11 Comentarios:

A la/s 12:25 a. m., marzo 18, 2009, Anonymous Anónimo dijo...

Dejo unos datos para que los vean:

http://img11.imageshack.us/img11/6082/parte2r.jpg
http://img10.imageshack.us/img10/433/parte1b.jpg
http://img22.imageshack.us/img22/2579/parte3t.jpg

Es obvio como cuando crece el trabajo, baja muchísimo la delincuencia, así sucedió que en los 90 no había laburo hasta llegar en su pico al 2002.

Además, miren cuantos son crímenes que no están relacionados con robos:

http://img11.imageshack.us/img11/4443/tipos.jpg

Y algo más preocupante, comparen con las muertes por accdentes de tránsito evitables:

http://img21.imageshack.us/img21/455/accidentes.jpg

Espero que haya aportado algo.

 
A la/s 3:16 a. m., marzo 18, 2009, Anonymous Anónimo dijo...

Que buen análisis... ojalá algo como esto se pasara en la tv.

Saludos

 
A la/s 11:44 a. m., marzo 18, 2009, Anonymous Anónimo dijo...

Olvidate que lo pasen en la tele. Lo que falta es información. Lo medios se manejan muy mal, y crean una sensación de miedo muy grande. Ni siquiera kirchner (Nestor) sabía estos datos. En un discurso dijo que seguramentelas cuidades de los paises limítrofes sean más seguras, pero que va a trabajar para combatir la inseguridad. Hasta influencian a este tipo los medios.

 
A la/s 2:27 p. m., marzo 18, 2009, Anonymous Anónimo dijo...

Hola Hendrix!, que está muy bien escrito el post y sabés que comparto muchas cosas, pero seguimos sin definir el "mientras tanto", mientras tanto analizamos, culpamos, nos culpamos, reputeamos, nos pegamos latigazos, entendemos, no entendemos...¿mientras tanto que?. Las políticas a mediano/largo plazo son para surtir efecto en ese mismo plazo, pero el ahora es otra cosa. La aplicación de medidas de mediano y largo plazo (mejor redistribución del ingreso, mayores y mejores accesos a la educación, la comida - quien no come no estudia ¿no? -, etc) junto a otras medidas de aplicación rápida (ya hablamos de algunas) como por ejemplo subir los años de pena maxima para ciertos delitos a nivel tal, que aun la aplicación del 2 x 1 del pacto de San José de Costa Rica para los procesados sin condena, no afecte la pena concreta una vez habida la sentencia firme serían un buen principio de solución. Y ya que estamos ¿salió a nivel nacional la ley de creación del registro de violadores?. ¿Le afectamos los derechos humanos a condenados por violación si le extraemos adn de un pelo o de la saliva para crear el banco de datos que pueda ser confrontado ante evidencias genéticas encontradas en víctimas vivas o muertas?. Sabés que no estoy a favor de la pena de muerte, pero que nadie vaya a tocar un pelo de mi hijo, porque lo mato yo, directamente. Por supuesto que antes voy a preparar todo como para que parezca emoción violenta (aunque no necesitaría preparar mucho que digamos), si encima voy a quedar presa por haber hecho justicia por mano propia o haberme vengado!!! que viene a ser lo mismo.
Saludos.

 
A la/s 3:12 p. m., marzo 18, 2009, Blogger Fabián Dorigo dijo...

Esta es una de las razones por las cuales todavía creo en Internet. Excelente análisis imposible de leer en ningún medio masivo de comunicación.

 
A la/s 7:36 p. m., marzo 18, 2009, Anonymous Anónimo dijo...

yo no creo que la pena de muerte sirva de mucho, y ni siquiera estoy a favor, pero me parece que tendrian que cumplirse las leyes que ya existen. ok, ponele que los asesinos nacieron en un ambiente que no les permitio hacer otra cosa, entonces que hacemos? los dejamos en libertad para que sigan matando porque no tuvieron oportunidad?

supongo que al menos tendrian que estar presos, o que los obligen a trabajar. si pensar eso es ser facho, entonces soy un facho.

pero la verdad es que aun comprendiendolos, no deberian estar sueltos, porque de esta forma estamos condenando a muerte al que tenga la mala suerte de encontrarse con uno. y que no me vengan con eso de que si es menor de edad no puede ir preso...

"pobre el nene, tiene 17 años nomas... no sabia lo que hacia...
le revento la cabeza a tiros a un tipo y despues siguio robando..."

al otro dia el pibe esta libre. si, ya se, el pibe no tuvo oportunidad, pero tampoco puede estar suelto, porque si bien en mayor o menor medida todos somos culpables, no creo que nadie lo sea tanto como para merecer la muerte. ni de un lado ni del otro.

 
A la/s 8:17 p. m., marzo 18, 2009, Blogger Enrique Gil Ibarra dijo...

Norton: si te fijás bien, en ningún momento planteo que no se castiguen los delitos. La nota va dirigida específicamente a la pena de muerte. Con respecto a los menores, tampoco planteo que no se los resocialice y, si es necesario para eso, por supuesto que deben ser privados de libertad para sacarlos de la calle. Lo que trato es de encontrar un equilibrio.

 
A la/s 8:39 p. m., marzo 18, 2009, Anonymous Anónimo dijo...

ok, entonces debes estar de acuerdo con la marcha, porque es para pedir mas seguridad, no la pena de muerte. ok, yo entiendo, la marcha esta llena de gente con mucho odio que quiere matar a todo aquel que robe.

y eso es comprensible, ya que es muy posible que la mayoria de los que asistieron hayan perdido algun familiar, amigo o lo que fuera a causa de la inseguridad.

a mi no me parece justo que un ladron mate a un trabajador para robarle las zapatillas, entiendo lo que vos decis, el tambien tiene la culpa porque es parte de la sociedad, pero no creo que tenga tanta culpa o haber hecho algo tan malo como para merecer la muerte. si la pena de muerte no se le aplica a los asesinos, tampoco se la tiene que aplicar a los trabajadores sean culpables o no. eso no es equilibrio.

como te dije antes no estoy a favor de la pena capital, pero me molesta mucho que se defienda a muerte los derechos humanos de los delincuentes, y cuando un laburante muere, simplemente se mira para otro lado.(no digo que sea tu caso)

 
A la/s 1:57 p. m., marzo 27, 2009, Anonymous Anónimo dijo...

Si es malo justificar a un trabajador que fue robado.. porque quiere una retribucion..... o una persona que perdio su vehiculo.. por "la delincuencia"

pork es bueno justificar diciendo "no tienen otra cosa por hacer"?

esta charla es muy comun.. yo en mi casa.. cuando salia el tema... decia.... quizas se solucione con un golpe civil.... donde se contraataque esta inseguridad ...
me tomaron por loco diciendo que el pueblo no tiene que salir a hacer eso...

y en otra oportunidad dije que se deba bajar la edad.. construir carceles como se debe... lejos de la ciudad (nose que loco dijo q las contruyamos dentro de nuestras ciudades :S) ... donde se les de trabajo y educacion.... sacar un producto nacional del cual gane el pais y gane la gente ...

._. me contestaron que el Gobierno no haria semajante gasto... y que se les terminaria el curro....

entonces ?..tomamos casa de mayo... y tomamos como rehen el pais pidiendo seguridad?


PD: la pena de muerte es una mala idea.... no solucionaria nada... ¿cuantos llegarian a ese punto... 10 criminales al año?

 
A la/s 4:35 p. m., marzo 27, 2009, Anonymous Anónimo dijo...

Sebastian goblin.incorporated@gmail.com: lo tuyo da verguenza ajena.

 
A la/s 9:44 p. m., marzo 29, 2009, Anonymous Anónimo dijo...

Mariano
pork no dices tu punto de vista?

 

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