miércoles, octubre 27, 2010

Compañero Néstor Kirchner ¡Presente!

Por Martín García *

Hace pocos días el ex Presidente Néstor Kirchner y la Presidenta Cristina Fernández tuvieron un encuentro con la Juventud Peronista en el Luna Park encabezado por dirigentes juveniles como Juan Cabandié, José Ottavis y Andrés Larroque.

Fue poco después de que Kirchner fuera sometido a una angioplastía coronaria que lo recluyo a la clínica en Los Arcos de Palermo donde permaneció casi 24 horas.

Allí Cristina Fernández expresó: "La televisión dura dos minutos, la foto en el diario de hoy ya es vieja. Lo importante es entrar en la historia, vos elegís donde querés estar”.

Al costado, detrás de los oradores presidenciales se encontraban sendos posters de El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld. Uno llevaba la cara de Néstor Kirchner, el otro el de la Compañera Presidenta.

Es que era Néstor Kirchner quien, en primer lugar, había aceptado la convocatoria, pero, después de su internación fue reemplazado por Cristina.

Sin embargo, él estaba allí, firme, haciendo acto de presencia, realizando el esfuerzo de estar presente, de dar el ¡Presente! a las juventudes convocadas.

El Luna Park rebosaba.

Afuera miles de jóvenes seguían el acto por las pantallas.

Era un momento sagrado.

”Si nosotros en lugar de haber sido una juventud que crecía en medio de golpes de Estado hubiéramos podido tener esta Argentina donde estamos construyendo ciudadanía social, qué país diferente hubiéramos tenido. Les tengo una sana envidia porque pueden vivir en un país donde hay total libertad", completó Cristina Fernández al establecer una comparación con otras generaciones que soportaron dictaduras, (rezaba un cable de Télam).

El Eternauta de Oesterheld con el rostro de esta pareja de peronistas militantes los situaba, junto a los jóvenes, bajo la lluvia de copos iridiscentes y letales arrojados por los “Ellos” el enemigo superior. El enemigo verdadero.

Esto situaba a Néstor y Cristina en una lucha por la supervivencia de la especie. Frente a la agresión del establishment, los cipayos, las corporaciones mediáticas, el imperialismo, el colonialismo.

Néstor y Cristina juntos. Una pareja militante. Por la felicidad del pueblo y la grandeza de la Patria Grande ya que Néstor había asumido ya como Secretario General de la UNASUR.

Esa fue su última indicación simbólica. Su lucha por la unidad de la Patria Grande. Su contribución a la unidad entre Colombia y Venezuela. Su gesto solidario desde el UNASUR para con la epidemia del cólera en Haití, hace pocas horas.

También su vigilia junto a la compañera Presidenta después de la muerte del compañero Mariano Ferreyra a manos de sus asesinos, hasta la detención de Pablo Díaz y Cristian Favale.

"Yo no solo tengo esperanzas, también tengo la certeza que el viejo país de la impunidad no vencerá", dijo la Presidenta.

Ahora Néstor Kirchner murió. Ingresó en el Comando Celestial como decimos en la Agrupación Oesterheld. Allí será recibido por Perón, por Evita, por los 30.000 compañeros que le agradecerán su lealtad inquebrantable con ellos, frente a sus asesinos, sus torturadores, sus secuestradores.

También estarán Mariano Morerno, el Chacho Peñaloza, Felipe Varela, Manuel Belgrano, Don José de San Martín, Cacho El Kadri, Ernesto Che Guevara, Miguel Martín de Güemes, Enrique Oliva, Fermín Chávez, Don Juan Manuel de Rosas, Castelli, recibiendo al hijo predilecto. Y habrá mateada virtual y asadito.

Castigados corazones peronistas.

¡Que cosa la historia del movimiento nacional y Popular! Ahora es como si hubiera muerto Perón y lo hubiera sobrevivido Evita.

”Junto a todas las cosas que hemos construido, una de las más importantes fue visualizar a los trabajadores como uno de los componentes esenciales de este proyecto", afirmó Cristina Fernández como militante en River Plate.

Recuerdo claramente el gesto de la presidenta de la Nación cuando puso su mano sobre el jopo rebelde de Néstor Kirchner, días pasados, en la majestuosa conmemoración del 17 de Octubre en el estadio monumental que organizara la CGT y el movimiento obrero argentino; como se quebró de emoción con los familiares de los combatientes muertos en Malvinas; como lo hizo con Elsa Oesterheld cuando le entregáramos la estatuilla de El Eternauta en el teatro Argentino de La Plata en ocasión de la Ley de Medios.

Había allí un sentimiento contenido de emoción. Un estertor, que ahora aflora y se derrama sobre el alma de la Patria.

Este día de conmoción me hace acordar a la congoja del día de la muerte del Presidente Kennnedy en los ´60 y, naturalmente al día de la muerte del General Perón, nuestro máximo líder.

El pueblo argentino tardó casi 30 años desde la muerte del General Perón para reconstruir un liderazgo que encarnara sus legítimos deseos e intereses.

No resulta tan fácil para el pueblo construir un liderazgo que enfrente al enemigo real y que defienda los intereses verdaderos de los trabajadores, de los desocupados, de los sectores más necesitados del pueblo, de su clase media patriótica, de su elite patriótica.

La tarea recién empezaba, como recién se expresaba la de Evita cuando el cáncer se la llevó.

Ahora queda solo Cristina y los Compañeros al frente del valiente pueblo argentino.

Néstor Kirchner, como Juan Salvo, comienza a viajar por lo que es eterno. En algún lugar podrá volver a empezar esta historia de amor y lucha por lo mejor de nosotros mismos.

Como Juan Salvo, buscara empecinadamente el hogar para reencontrarse con Martita y Elena, Néstor se reencontrará con Cristina y Máximo y Florencia en algún lugar del Continuum porque la felicidad es un norte y se encuentra en el hogar y el dolor en algún momento se convierte en puro amor.

Y el amor es eterno.

Como el amor del pueblo por Perón y Evita.

(*) Presidente de la Agencia Télam

Kirchner, en manos de la historia

De pocas personas se puede decir, sin temor a errar, que su muerte (o su existencia) han modificado la historia de un pueblo. Puede afirmarse esto de Néstor Kirchner.

Para bien o para mal, con seguidores fervientes y detractores acérrimos, Kirchner cambió la realidad de nuestro país. Fue, sin lugar a dudas, uno de esos pocos elegidos que están absolutamente convencidos del camino que desean transitar, y lo siguen sin hesitar, aún cuando sus propios amigos les señalen aparentes o reales errores.

Murió Néstor Kirchner. Más allá de las críticas que podría hacerle, creo, sinceramente, que la historia lo absolverá.



Enrique Gil Ibarra
27 de octubre del 2010

sábado, octubre 16, 2010

Sin galera y sin bastón

Por Osvaldo Vergara Bertiche

“Sin galera y sin bastón… los muchachos de Perón” era el grito de miles y miles de trabajadores que desde la media mañana del 17 de Octubre de 1945 recorren las calles de Buenos Aires en marcha hacia la Plaza de Mayo y también en muchísimas otras ciudades del interior.

Un acontecimiento novedoso que abriría un ciclo histórico distinto.

Diría Don Arturo Jauretche: “El 17 de octubre, más que representar la victoria de una clase, es la presencia del nuevo país con su vanguardia más combatiente y que más pronto tomó contacto con la realidad propia”.

Y como contrapartida, Emilio Hardoy, dirigente conservador, manifestaba: “Había dos países en octubre de 1945: el país elegante y simpático con sus intelectuales y su sociedad distinguida sustentada en su clientela “romana” y el país de “la corte de los milagros” que mostró entonces toda su rabia y toda su fuerza. … ¡… Días que sacudieron al país! ¡… Días en que la verdad se desnudó! ¡… Días que cierran una época e inauguran otra!”.

El 17 de Octubre de 1945 no fue una simple manifestación protestataria, fue una Gran Rebelión Popular mediante la masiva participación y movilización de los trabajadores y con verdaderas características insurreccionales.

Es por ello que John Wiliam Cooke señala: “El peronismo fue el más alto nivel de conciencia al que llegó la clase trabajadora argentina”.

El 17 de octubre de 1945 marca el fin de una Argentina y el comienzo de otra. Fue un hecho tan contundente, que aún hoy, y a pesar de las conquistas perdidas, del patrimonio entregado, de las infamias cometidas, ha quedado no sólo como recuerdo y evocación, sino como Bandera para las luchas por la Dignidad Nacional.

Juan Jose Hernández Arregui (1913-1974) enseña que "El proceso de industrialización que venía de la Primera Guerra Mundial y acrecentado rápidamente en el transcurso de la Segunda, había dado origen a un proletariado industrial destinado a una decisiva experiencia histórica en medio del pánico de los partidos directa o indirectamente complicados con el pasado. Esas masas, decepcionadas del socialismo, ajeno a la realidad nacional, del radicalismo en plena descomposición histórica después de la muerte de su gran caudillo Hipólito Yrigoyen, y del comunismo, cuyas consignas nunca entroncaron con demandas populares del país, carecían de compromisos. El 17 de octubre no sólo fue una lección histórica para las fuerzas del antiguo orden sino la gigantesca voluntad política de la clase obrera. Su adhesión a un jefe no se fundó en artes demagógicas sino en las condiciones históricas maduras que rompían con las antiguas relaciones económicas del régimen de la producción agropecuaria, que superaban los programas de los partidos pequeño burgueses de centro izquierda. La revolución política exigía la reforma social. La recuperación de la economía, enajenada al extranjero y la elevación del nivel de vida del hombre argentino explotado, son la doble faz de un mismo fenómeno: la toma de conciencia histórica de las masas.

Carta abierta de María Isabel "Chicha" Mariani a Ernestina Herrera de Noble





La fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo difundió una carta abierta dirigida a la dueña del Grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble, en la que le pide que acceda a que sus hijos se realicen análisis genéticos.


He leído en la edición de hoy del diario Clarín, que usted dirige, un artículo sin firma titulado “Caso Herrera Noble, desmienten vínculo de una abuela".

En ese artículo su medio de comunicación dice que “es cronológicamente imposible que la hija de la directora del diario Clarín, Ernestina Herrera de Noble, tenga algún vínculo identitario con Clara Anahí Mariani Teruggi”. Luego sostiene que “lo cierto es que Clara Anahí Mariani fue secuestrada el 24 de noviembre de 1976 mientras que la guarda de Marcela Noble Herrera fue otorgada por la justicia a la Señora Ernestina Herrera de Noble el 14 de mayo de 1976, es decir 6 meses y 10 días antes del secuestro de Clara”.

Finalmente continúa diciendo que “la imposibilidad es aun mayor si se toma en cuenta que la convivencia entre Marcela Noble Herrera y su madre, Ernestina Herrera de Noble, es anterior a la desaparición de la nieta de la señora Mariani, según surge de la propia documentación oficial y del juzgado federal de San Isidro. En ese expediente consta que el 15 de junio de 1976, el Registro Nacional de las Personas de la Provincia de Buenos Aires otorgó el documento nacional de identidad a Marcela y el 29 de julio de 1976 la Policía Federal expidió su cédula de identidad”.

Quiero decirle que la única manera de comprobar o descartar un vínculo identitario son los análisis genéticos que usted viene obstaculizando desde hace muchos años. Por eso le pido, con todo respeto, que si usted quiere demostrar la inexistencia de tal vínculo, coopere con la Justicia y contribuya a que los análisis de sangre se realicen tal como lo establece la ley, sin que las pruebas sean contaminadas y evitando cualquier tipo de artilugio tendiente a evitar el conocimiento de la verdad.

Tengo 86 años y no quiero morirme sin reencontrarme con mi nieta, y creo que es posible que Marcela y Clara Anahí sean la misma persona. Pero también soy conciente de que tal vez Marcela no sea mi nieta, y que sea la nieta de alguna de las mujeres que me acompañaron desde noviembre de 1977, cuando fundé Abuelas de Plaza de Mayo. En cualquiera de los dos casos, cuando se conozca la verdad, sentiré la satisfacción de que se haya recuperado la identidad y la historia de una joven que aún hoy sigue siendo víctima del daño producido por quienes perpetraron el Plan Sistemático de Robo de Bebés.

Como usted sabe, he pedido a la Justicia que los datos de Marcela sean cruzados con todo el banco de datos. Por un lado, esto es lo que corresponde porque así lo indica la ley, pero además, usted misma admitió en un editorial publicado en Clarín el 12 de enero de 2003 que Marcela y Felipe posiblemente sean hijos de desaparecidos. En esa oportunidad usted escribió: “Me encuentro frente a dos realidades muy diferentes. Primero, el deseo legítimo de las Abuelas de saber si mis hijos fueron arrebatados a detenidos-desaparecidos. Segundo, los abusos del juez Marquevich. Muchas veces he hablado con mis hijos sobre la posibilidad de que ellos y sus padres hayan sido víctimas de la represión ilegal”.

El argumento mediante el cual hoy, en el artículo periodístico del diario a su cargo, se sostiene una supuesta imposibilidad de que Marcela sea mi nieta por existir 6 meses de diferencia, nada dice: hemos comprobado que la emisión de documentación apócrifa y de datos falsos por parte de los funcionarios que servían al poder dictatorial, ha sido una táctica frecuente por quienes robaban bebés de modo sistemático.

En tal sentido, el ex juez Marquevich -que la detuvo a usted en el año 2002 por “falsificación de documentos públicos, inserción de datos falsos y uso de documento público falso” declaró en diciembre pasado que “resulta paradigmático el caso de Herrera de Noble, porque se trata de expedientes de adopción absolutamente falsos desde su inicio hasta su finalización”.

Sólo a modo de ejemplo de la documentación falsa producida con el fin de robar niños, citaré un caso entre los más de 50 niños que recuperamos durante los años que presidí Abuelas de Plaza de Mayo. Paula Logares -nieta de Elsa Pavón, cuya identidad restituimos en 1984, nació en 1976 y fue inscripta por sus apropiadores como nacida en 1978, es decir que en este caso, la supuesta “imposibilidad cronológica” que hoy se menciona en su diario, era de dos años, es decir, mucho mayor a seis meses.

Por todo eso le pido que en vez de utilizar los falsos datos producidos por la dictadura, permita que Marcela se realice los exámenes científicos que la ley indica para que se sepa de una vez y para siempre quién es esa joven. Al igual que yo, muchas otras mujeres están sufriendo desde hace 34 años buscando que se sepa la verdad.

María Isabel Chorobick de Mariani
DNI Nº 8.319.665

viernes, octubre 15, 2010

Germán

En 1977 estaba en primer grado y se sentaba en el fondo del aula. Fue ahí, aunque hacia fin de año, que los problemas realmente comenzaron. No sólo se sentaba en el fondo del aula sino que además de estar feliz por la insularidad de su situación imaginaria, el fondo para él era una isla, estaba debajo del alféizar de un ventanal sobre el que se alineaban todos los libros que comenzó a leer ese año, de a uno por semana, hasta darle no se podría decir cuántas vueltas a esa colección ambulante de cuentos de hadas.

Dice, cuando se refiere a ese momento, comenzaron los problemas pero como quien repite una fórmula gastada, sin estar muy seguro de qué se quiere decir. En realidad no sabe si comenzaron los problemas, y por eso lo mandaron a la psicopedagoga, así, en abstracto, o si lo mandaron a la psicopedagoga porque fue cuando le tocó el turno a cumplir con una rutina de revisión junto con el resto.

Cree que lo más probable es que a los ojos de la maestra tuviera algún problema de aprendizaje. Sabía leer bastante bien, llegó leyendo de su casa, y a pesar de que se notaba la sensación de deber que proyectaba hacia esos libros leyéndolos obsesivamente mientras que a ningún otro compañero se le había ocurrido tocarlos, la cuestión es que por algún motivo no aprendía nada. No había caso. Las letras eran cada vez más deformes y los colores parecían barro sobre la página. Él mismo comenzaba a darse cuenta de algo que lo incomodaría durante toda la escuela primaria: su cuaderno siempre sería el más horrible de la clase.

Puede que le resulte difícil determinar el momento preciso en el que comenzó el problema que lo precipitó hacia tantos otros, pero de lo que sí está seguro es de que en el gabinete de la psicopedagoga sí puede decir con seguridad que sintió que el problema había comenzado, que ya estaba inmerso en él y que no había vuelta atrás; porque ni bien se pusieron a hablar, alumno con psicopedagoga, supo que había metido la pata al contarle sobre un sueño y el auto enorme, celeste clarito, bien brillante, con el que un grupo borroso de color marrón salía a secuestrar gente.

Cree que no fue tanto el hecho de contar que una especie de fantasmas anduvieran sueltos haciendo fechorías, que por otra parte para él eran como un invento, o al menos así sentía él todas esas cosas que llegaban desde el éter y chocaban contra su cuerpo como contra una antena, sino la palabra que usó para describir sintéticamente esas fechorías lo que terminó mandándolo una vez por semana a un consultorio en el centro donde, mientras un psicólogo le hacía preguntas, subía de pronto de categoría, de psicopedagoga lo pasaban a psicólogo y otro los miraba a los dos oculto detrás de una gran espejo como la ventana donde se alineaban los libros, el alumno ahora paciente se dedicaba a romper silenciosamente, uno por uno, cada vez que iba, los botones que se hundían en el capitoné de un sillón de cuero negro, lustroso, frío y caliente a la vez.

Secuestrar, ese había sido el primer verbo del estar ya en problemas.

Texto e imagen reproducidos con autorización de Angela Urondo
http://infanciaydictadura.blogspot.com

lunes, octubre 11, 2010

Censópatas

Por Pablo Marchetti*

Cualquier persona más o menos sensata sabe que por culpa de la inseguridad ya no se puede salir a la calle. Si en el pasado se decía que todos los días son el Día de la Madre, hoy podemos estar seguros de que todos los días son Halloween. En esta escalada violenta, hoy no sólo ya no se puede salir a la calle, sino que tampoco en casa se puede estar tranquilo.

Ahora el peligro es el de los censistas. Por suerte son varias las campañas de bien público que están alarmando a la población sobre este flagelo: hoy, gracias a las redes sociales y a los medios de comunicación responsables, los argentinos sabemos que quienes dicen estar recolectando datos, en realidad son chacales sedientos de sangre.

No es recomendable en estos casos tener miedo. Más bien, lo hay que tener es pánico. Por eso, sepa que si usted deja entrar a un supuesto “censista” a su casa, ese “censista” lo atará a usted a una silla para que observe cómo él viola, asesina y mutila a cada uno de los otros integrantes de la familia. Luego se beberá la sangre, picará la carne, hará hamburguesas y lo obligará a usted a comer lo que poco antes fueron sus seres queridos. Finalmente, lo asesinará y lo violará (o viceversa, aunque si usted le implora lo suficiente lo hará en ese orden) y robará todos sus bienes.

Por supuesto, ese sólo será el comienzo. Luego, se dedicará al plato fuerte de su velada. Y culminará su orgía de sangre con una vil tergiversación de los datos socioeconómicos de su familia. Porque además de seguir esparciendo el virus de la inseguridad, los censistas pretenden acomodar los datos al gusto y placer de Guillermo Moreno, un ser al que ellos no se refieren jamás con el calificativo de “polémico”.

Es una lástima que algo tan importante para la Argentina, como es un censo, tenga que terminar de este modo. Pero así son los tiempos en que nos ha tocado vivir. O, mejor dicho, así es este presente revanchista, montonero y cargado de odio. Porque el país no siempre fue así.

En 1980, se realizó un censo ejemplar: con un slogan canchero, con una mascota hermosa (cómo olvidar aquel lapicito tan simpático), pero, sobre todo, con transparencia y honestidad. Claro, eran otros tiempos: sin violencia, sin inseguridad, en un país que tenía futuro. Es una lástima que aquel futuro tan esperanzador haya derivado en este presente tan lleno de antinomias y crispación.


*Director de la revista Barcelona - sociedad@miradasalsur.com

viernes, octubre 08, 2010

Guevara, por Rodolfo Walsh

¿Por quién doblan las campanas? Doblan por nosotros. Me resulta imposible pensar en Guevara, desde esta lúgubre primavera de Buenos Aires, sin pensar en Hemingway, en Camilo, en Masetti, en Fabricio Ojeda, en toda esa maravillosa gente que era La Habana o pasaba por La Habana en el 59 y el 60. La nostalgia se codifica en un rosario de muertos y da un poco de vergüenza estar aquí sentado frente a una máquina de escribir, aun sabiendo que eso también es una especie de fatalidad aún si uno pudiera consolarse con la idea de que es una fatalidad que sirve para algo.

Lo veo a Camilo, una mañana de domingo, volando bajo en un helicóptero sobre la playa de Coney Island, asomándose muerto de risa y la muchedumbre que gozaba con él desde abajo. Lo oigo al viejo Hemingway, en el aeropuerto de Rancho Boyeros, decir esas palabras penúltimas: "Vamos a ganar, nosotros los cubanos vamos a ganar". Y ante mi sorpresa: "I´m not a yankee, you know".

Interminablemente veo a Masetti en las madrugadas de Prensa Latina, cuando ya se tomaba mate y se escuchaba unos tangos, pero el asunto que volvía era el de esa revolución tan necesaria, aunque hoy se presenta tan dura, tan vestida con la sangre de la gente que uno admirado simplemente quiso.

Nunca sabíamos en Prensa Latina, cuándo iba a venir el Che, simplemente caía sin anunciarse, y la única señal de su presencia en el edificio eran dos guajiritos con el glorioso uniforme de la sierra, uno se estacionaba junto al ascensor, otro ante la oficina de Masetti, metralleta al brazo. No sé exactamente por qué daban la impresión de que se harían matar por Guevara, y cuando eso ocurriera no sería fácil.

Muchos tuvieron más suerte que yo, conversaron largamente con Guevara. Aunque no era imposible ni siquiera difícil yo me limite a escucharlo, dos o tres veces, cuando hablaba con Masetti. Había preguntas por hacer pero no daban ganas de interrumpir o quizá las preguntas quedaban contestadas antes de que uno las hiciera. Sentía lo que él cuenta que sintió al ver por única vez a Frank País: sólo podría precisar en este momento que sus ojos mostraban enseguida el hombre poseído por una causa y que ese hombre era un ser superior. Yo leía sus artículos en Verde Olivo, lo escuchaba por TV: Parecía suficiente, porque Che Cuevara era un hombre sin desdoblamiento. Sus escritos hablaban con su voz, y su voz era la misma en el papel o entre dos mates en aquella oficina del Retiro Médico.

Creo que los habaneros tardaron un poco en acostumbrarse a él, su humor frío y seco, tan porteño, debía caerles como un chubasco. Cuando lo entendieron, era uno de los hombres más queridos de Cuba.

De aquel humor se hacia la primera víctima. Que yo recuerde, ningún jefe de ejército, ningún general, ningún héroe se ha descrito a sí mismo huyendo en dos oportunidades. Del combate de Bueycito, donde se le trabo la ametralladora frente a un soldado enemigo que lo tiroteaba desde cerca, dice: "mi participación en aquel combate fue escasa y nada heroica, pues los pocos tiros los enfrenté con la parte posterior del cuerpo". Y refiriéndose a la sorpresa de Altos de Espinosa: "no hice nada más que una retirada estratégica a toda velocidad en aquel encuentro". Exageraba él estas cosas, cuando todos sabían que acaba de recordar Fidel, que lo difícil era sacarlo del lugar donde hubiera más peligro. Dominaba su vanidad como el asma.

En esa renuncia a las últimas pasiones, estaba el germen del hombre nuevo que hablaba.

Guevara no se proponía como un héroe: en todo caso, podía ser un héroe a la altura de todos. Pero esto, claro, no era cierto para los demás. Su altura era anonadante: resulta más fácil a veces desistir que seguirlo, y lo mismo ocurría con Fidel y la gente de la Sierra. Esta exigencia podía ponernos en crisis, y esa crisis tiene ahora su forma definitiva, tras los episodios de Bolivia.

Dicho más simplemente: nos cuesta a muchos eludir la vergüenza, no de estar vivos porque no es el deseo de la muerte, es su contrario, la fuerza de la revolución, sino de que Guevara haya muerto con tan pocos alrededor. Por supuesto, no sabíamos, oficialmente no sabíamos nada, pero algunos sospechábamos, temíamos. Fuimos lentos, ¿culpables? Inútil ya discutir la cosa, pero ese sentimiento que digo está, al menos para mí y tal vez sea un nuevo punto de partida.

El agente de la CIA que según la agencia Reuter codeó y panceó a cien periodistas que en Valle Grande pretendían ver el cadáver, dijo una frase en inglés: "awright, get the hell out of here".

Esta frase con su sello, su impronta, su marca criminal, queda propuesta para la historia. Y su necesaria réplica: alguien tarde o temprano se irá al carajo de este continente. No serán los que nacieron en él. No será la memoria del Che.

Que ahora está desparramado en cien ciudades
entregado al camino de quienes no lo conocieron

Rodolfo Walsh, Buenos Aires, octubre de 1967

martes, octubre 05, 2010

Censo K: se anuncia una ola de robos y secuestros

El censo será realizado por piqueteros y subversivos K. El censo anunciado por la dictadura de los Kirchner para el próximo 27 de Octubre sería la excusa ideal para saquear y violentar a las familas de bien. Sepa cómo prevenirse y evitar ser víctima de violaciones y asesinatos crueles y sangrientos.

El matrimonio imperante en el régimen montonero que rige en la Argentina no tiene descanso. Día y noche, los Kirchner elucubran las más siniestras artimañas para sabotear y atacar a las clases medias y altas, las personas de bien que construyen y hacen a pesar de los contratiempos tan grande y maravilloso este país.

Pero la caja chica con la cual se pagan los transportes escolares, los choripanes y las gaseosas con los cuales mantienen a sus hordas apestosas de subversivos, delincuentes y sanguijuelas de nuestra economía se agota; es por eso que buscan materializar su más oscuro plan: el censo nacional.

Fuentes confidenciales de HCNoticias manifestaron que Néstor Kirchner anunció en una reunión privada del Partido Montonero la realización de un ataque coordinado y masivo en los domicilios de la gente bien con la excusa estadística. Es por eso que este diario consultó nuevamente al ex subcomisario Atilio Eustacio Campos, titular de la Brigada de Investigaciones de Banfield entre los años 1976 y 1980, quien nos contó en base a su vasta experiencia cómo prevenir malos momentos durante la acometida montonera.

“En primer lugar, es fundamental que la gente comprenda que el censo no sirve para nada. De la misma forma que evitamos pagar los impuestos cuando compramos algún bien para no quedar marcados por este gobierno de atorrantes, tenemos que entender que el censo no nos sirve para nada. Buscan usar a la gente bien como excusa para seguir pintando los números del INDEK, o seguir sosteniendo vagos y ñoquis, como los docentes, con $200 por llenar planillas”, reflexiona Campos. “Si puede evitar atender al censor, hágalo. En este sentido cualquier método de aislamiento de su domicilio es válido: desde los alambrados electrificados hasta las minas terrestres, todo sirve.”

“Si aún así es alcanzado por el censo, no abra la puerta sin antes verificar que quien le reclama efectivamente es parte de la estadística y no uno de los tantos cacos pagados por Kirchner. Pídale que le nombre las capitales de los principales países de Europa: una persona bien no debería tener inconveniente en esta tarea; un comunista ignorante seguramente le responda La Habana y Caracas”, explica el ex subcomisario. “El chequeo visual nunca está de más: asegúrese que la persona tenga buenos genes; si detecta rasgos de inmigrante seguramente se trate de un malviviente aprontándose para robarle.”

“En última instancia, si no tiene más alternativa que abrirle al censor, prepárese para la ocasión. Anticípese al delincuente, vístase con sus peores harapos y finja atenderlo mientras simula comer chipá -no lo coma realmente, puede intoxicarse-. Utilice el léxico de los montoneros: agregue artículos delante de los nombres de sus seres queridos al mencionarlos. Por ejemplo, si sus hijos se llaman Adolfo y Macarena, se referirá a ellos como ‘El Fito’ y ‘La Macarena’. Omita la pronunciación de la letra ese. Rásquese la cabeza con saña y no olvide explorar y escarbar todos los orificios de su cabeza. De esta forma, pasará desapercibido frente al informante kirchnerista y evitará ser víctima de la inseguridad.”

“Llegado el caso en el cual los subversivos muestren indicios de estar fichándolo, acuda de inmediato al pedido de socorro a su servicio de seguridad privada. De todos modos, no tercerice su bienestar de forma integral: porte un arma y no dude en usarla. Recuerde: un arma no es un juguete, es una herramienta para construir la Patria“, finaliza Campos.

Fuente: www.hastacuandonoticias.com.ar